¿Qué le pedimos al año nuevo?
Paz, amor, felicidad...
Promesas que todos nos hacemos con las últimas campanadas...
Espero y deseo que todas se cumplan.
Mientras, aguardo, como el niño del zapato, a ver si me caen unas gotitas..
¡¡¡FELIZ AÑO 2014 OS DESEO A TODOS¡¡¡
¡¡¡... Y QUE LAS ILUSIONES SIGAN¡¡¡
Una nueva remesa de "mis adornos navideños" Todos confeccionados a mano, a excepción de la corona, aunque la distribución de las ramas, las piñas y los adornos ha sido cosa mía. El arbolito está confeccionado en fieltro verde. En este caso, todos los detalles van en fieltro rojo. Como nota original, un collar de perlitas blancas rodeando el perímetro. También se puede observar una bota, con una campanilla al trapo y una gran bola de tela con una vela pintada a mano. ¿os gusta?
¡¡¡ Y que sigáis disfrutando de estas fiestas¡¡¡
¿Compartimos estas galletas caseras? Como es tiempo de ello, es una buena opción para alegrar estas tardes navideñas. La fórmula es muy sencilla y la podéis encontrar en internet o en Youtube. Lo demás, depende de vuestra imaginación. Nosotros hemos optado por unos moldes que reproducen diferentes figuras y por plasmar nombres familiares encima de ellas. ¿Qué os parece la idea? ¿Os animáis?
Ya ha pasado la fiebre de papá Noel.
Ahora le toca a los Reyes Magos, una de nuestras más rancias tradiciones y que, por supuesto, no debemos perder. Con ellos parece que recuperemos nuestra navidad más auténtica, esa que vivíamos de pequeños, con las miradas puestas en los pajes y en los camellos de Gaspar, Melchor y Baltasar. Cúantos ríos de plata y caminitos por los que deambulaban sus Majestades habrá guardado mi memoria. Tantos que ya no alcanzo a delimitar. El caso es que siempre estarán conmigo esos momentos especiales. Como los que vivía antes de que el sueño me atrapara, sumergida entre mantas pesonas esperando los regalos que, a veces, quedaban extraviados sin llegar a su destino. Un olvido que ellos, con su magia, sabían suplir por otros no tan esperados. Pero daba igual. El milagro de la navidad siempre se hacía presente. Llegaba con la cabalgata y se extendía, junto con los cohetes, hasta bien entrada la madrugada. Ya han pasado muchos años, pero siempre, por estas fechas, acuden los mismos recuerdos, las mismas emociones. Ya sé que los Reyes Magos, "mis reyes", tienen mucho trabajo, enredados en mil y una ilusiones. Yo, por si acaso, no pierdo la ocasión de esperarlos. Así que he dejado, una vez más, mi carta en las alforjas de siempre. Y unas nueces de bienvenida.
¡¡¡ Quién sabe, a lo mejor me toca un poco de la ilusión que reparten¡¡¡
Para todos aquellos que aún guardan en su interior el niño que fuimos.
El sábado pasado, día 21, celebramos, como todos los años, el amigo invisible en mi familia. Siempre que puedo me gusta sorprender y como el lugar del evento es mi casa, lo tengo muy fácil: ideas, imaginación y manos a la obra es todo lo que necesito. Esta vez la sorpresa ha consistido en crear un "foto-cool" muy particular, como apreciaréis en las fotos: dos niños bailando, con las caras recortadas para que los amigos invisibles puedan posar y, con ello, tener un recuerdo del amigo de estas navidades. También os enseño mi libro de firmas, un ritual de todos los años. Un detalle más que se suma a la magia de la celebración. Una celebración que todos cuidamos con mimo y con un derroche de energía positiva. Así que el resultado no ha podido ser mejor. Tanto, que ya estamos preparados para el que viene.
¡¡¡VA POR TODOS LOS DEL INVISIBLE"
Otra elección muy casual: exponer los detalles en el suelo. Una forma de dar rienda suelta a la imaginación.. Las fotos muestran tres arreglos muy coordinados. Por un lado, un pequeño baúl de piel, con una guirnalda encima. Arreglo sencillo, pero con clase. Por otro, en uno de los pasillos, aprovechando un rincón, una cesta llena de bolas rojas de cristal y la piru "Teresina". Los porta- velas y los acebos de la corona continúan con la nota de color rojo, también dispersa por el cuadro. Un acierto. ¿Pensáis lo mismo?
¡¡¡FELICES FIESTAS A TODOS¡¡¡
Y, siguiendo la tónica de la última entrada, continúo enseñando más imágenes de "Los adornos navideños de Teresa". En este caso, la decoración de este rincón, un mini paballón de caza, resulta muy original. Los adornos se han colgado de un árbol singular, inusitado. Aparte de ello, la iluminación indirecta hace que el resultado sea así de impactante. En la mesa, otro arreglo: una cajita de madera que contiene elementos navideños apiñados, que parecen esperar a su colocación. Y es, precísamente esta circunstancia lo que le da el toque exclusivo. ¿Qué os parece?
Mañana seguiremos.
BESOS Y ¡¡¡FELIZ FIN DE SEMANA NAVIDEÑO¡¡¡
Sorpresas e ilusiones materializadas me aguardaban ayer. No se trataba de otra de sus exclusivas meriendas, sino de una puesta a punto para recibir a La Navidad. He de admitir que mi hermana Tere tiene una gracia innata en coordinar los diferentes ambientes, repartidos por algunos de los rincones de su casa. Y lo hace sin estridencias, sin caer los tópicos de todas las navidades. Todo lo contrario, los reinventa y les da un giro especial. Una pirueta cargada de un gusto excelente.
¿Cómo lo consigue? Colocando los elementos en su sitio, en una paleta de colores gradual, en armonía con el conjunto. Composiciones trabajadas en profundidad y con un gran sentido pictórico. En este caso, no ha necesitado pinceles ni pinturas. Los ha suplido con un derroche de sensibilidad e imaginación Sólo hay que echar una ojeada por las fotos para confirmar lo que digo.
Vosotros me diréis.
Las fotos que os muestro hablan por sí solas. Y dicen mucho del espíritu de La Navidad.
¡¡¡QUE LAS DISFRUTÉIS¡¡¡
En días sucesivos os mostraré más.
La de hoy es una entrada muy especial. La mantelería lo merece. La tengo guardada como una joya y sólo la saco en fechas señaladas, como éstas que se aproximan. Cuando era pequeña no me cansaba de mirarla. Yo sabía dónde la guardaba mi madre y, siempre que tenía la oportunidad abría el cajón del mueble del comedor "bueno" para deleitarme con sus texturas, con su colorido y con el olor que despedía...
Hoy, por suerte, la tengo conmigo y, cuando llegan estos momentos, repito el mismo ceremonial. Me lleva, cuando la toco y la huelo, a épocas en las que fui féliz. Lo mismo que ahora al contemplarla. Es uno de los mejores regalos que tengo. Con ella viajo a mi pasado para recordar a mi abuela y a mi madre. Y me siento féliz por ello. Porque ellas, a través sus pájaros o de sus flores, nos legaron todo su universo, su concepción de la vida. En definitiva, sus ilusiones, para siempre enredadas entre la fina tela. Y entre mi corazón. Para siempre.
Como podéis apreciar, los motivos son bordados de pájaros sobre una tela de hilo brocado de Holanda. Van enmarcados por una cadeneta muy elaborada y con las iniciales de mi abuela. Como el motivo central va en medio de las servilletas, he optado por colocarlas encima de los platos, junto con los cubiertos. Una opción más y diferente. Por lo demás, he dado más preponderancia en las fotos a la mantelería en detrimento de los demas elementos. De eso se trataba.
En otras entradas os hablaré más de ella...Porque hay más.
¿Qué os parece?
Os propongo otro de mis arreglos navideños. Para aquellos que tengan chimenea o alguna cornisa decorativa y les quieran dar un aire de fiesta, aunque sencillo. Los ingredientes: una guirnalda hecha con hojas secas, pulverizadas de pintura blanca para simular la escarcha, recipientes de cristal para velas y, en este caso, parte de mi colección de campanas navideñas. Vosotros podéis elegir el adorno que queráis: bolas, figuritas navideñas o lo que se os ocurra y tengáis a mano. El caso es que la imaginación trabaje un poquito. Seguro que el resultado será de lo más armonioso. ¿Qué os parece?
Para hoy, martes, os tengo preparado un popurrí de detalles navideños. Como siempre, y a pesar de que en el mercado los hay también preciosos y originales, yo los prefiero elaborar por mi cuenta. Están confeccionados en tela de lino, con detalles de puntillas y pintura sobre tela, con motivos de la navidad. También se aprecian unas bolas de corcho a las que añadí pequeños recortables, elaborados en fieltro. Que los disfrutéis.
La Navidad para mí era el musgo blandito y aterciopelado que desprendíamos de las paredes cercanas a "La pila del Cuervo"...
Los carámbanos del "Escaramujo"...
La iglesia de mi pueblo varada en la niebla...
Un rumor de panderetas, brujuleando en busca del aguinaldo...
Muchos "manolitos chiquitos" y muchos "pero mira como beben los peces en el río"...
El olor caliente a magdalenas y brazos de gitano de la tahona de tio Majolero...
Un pelotón de niños con las caras amoratadas de camino al campanario para despacharse agusto con zamboas y castañas...
Un río de plata y los caminos de serrín de la carpintería de tio "Quincelibras"en el belén de las escuelas...
"Dosmiltrescientoscuarentaisiete......cinco miiil pesetas..."
El comercio de tio Flores y de tio Nicasio engalanados de espumillones rojos y dorados...
Las migas con salchichas fritas del mediodía...Y el pollo con almendras de La nochebuena...
El olor de algún que otro tufo en el brasero...
El paso lento de tio Juan Peña, el barbero de mi padre, de camino a la cocina familiar, repleta de aromas navideños...
Y su cháchara amena, al son del "curichichí" de los perdigones de mi padre...
La textura pegajosa de las roscas de muégado de mi abuela que se disolvían en una sinfonía azucarada dentro de la boca...
Los tibios rayos de sol proyectados en la leñera al mediodía...
El cafetito al amor de la camilla, mientras comprobaba mi felicidad en la cara de los míos...
Un rasgar de botellas de "Anís del mono" en calles apenas iluminadas...
El olor a jabón casero y a picón caliente de la ropa que Filo recogía del interior de la camilla...
La bolsa de agua calentita que mi abuela siempre me ponía entre las sábanas...
Los sueños y las ilusiones que mi imaginación, incansable, acariciaba entre cobertores con olor a naftalina...
Las campanas avisándonos para la misa del Gallo...
"En el portal de Belén hay estrellas sol y luuuna, la Virgen y San Joseeeé y el niño que está en la cunaaaa..."
Pero, sobre todo, era las manos de mi madre y de mi abuela. Incansables, cantarinas, entregadas...
Gracias a ellas, siento, aún, en estas fechas la caricia de La Navidad.
¡¡¡Va por ellas, desde donde quiera que estén...¡¡¡
Para ilustrar esta entrada, os enseño otra de mis postales "vintage". Creo que casa muy bien con el espíritu de estas líneas: una niña, que puede ser todos a la vez, asciende por unas escaleras para conseguir las ilusiones de la navidad. Como yo. Como todos.
¡¡¡Y QUE SEAN PARA SIEMPRE...¡¡¡
Os invito a que os regaléis un bolso para La Nochevieja. Y os lo presento con tiempo, por si os decidís a elaborarlo. La confección no puede ser más simple: un terciopelo( o bien otra tela importante), un forro adecuado, abalorios y lanas con brillo para plasmar el dibujo. En mi caso me decanté por una copa, no en vano esta fiesta es la de los brindis, a la que añadí perlitas y lentejuelas por donde creí oportuno.
Es una opción tan interesante como sencilla, así que ¿os animáis...?
¡¡¡ BUEN FIN DE SEMANA NAVIDEÑO¡¡¡
¿Quién no tiene en su armario alguna prenda de vestir que ya no usa desde hace tiempo? Todo el mundo. Hay veces que las aguantamos en los cajones a la espera de no se sabe qué. Eso es así. Pues yo os digo que,con un poquito de imaginación, podríamos darle un nuevo uso. Para muestra, la foto. En ella os enseño un bolso y una antigua corbata de piel, pegada en el centro. Además de constituir un bonito adorno, le da más empaque y sujección a este bolsito también confeccionado en una falsa piel de pelo largo. Para el interior opté por una tela escocesa de cuadros, dentro de la misma gama de colores.
Como remate, un poco de pintura decorativa y a lucirlo.
Ahora es tiempo de ello. Besos.
Que conste que a mí me gustan mucho los belenes. Pero también toda la parafernalia anglosajona para las navidades. Ya sabéis: el árbol, papá noel, los calendarios de adviento...Creo que las dos modalidades pueden convivir ern armonía. En mi casa hay sitio para ambas. Y como prueba, para comenzar con este carrusel navideño de ilusiones, os presento la primera de ellas: un árbol diminuto, cuajado de pequeños detalles. Lo elaboré hace ya algún tiempo, cuando aún no estaban tan de moda las cosas artesanas. Así que ahora, en plena efervescencia de labores caseras, me viene muy bien para la ocasión. Las telas fueron el fieltro y el terciopelo, aparte de alguna que otra puntilla y pasamanería que simula las bolas.
¿Os gusta?
