jueves, 30 de octubre de 2014

Nuestro jalogüín...(Continuación)

Y aquí está la otra parte de la entrada que dejé inconclusa. 
 Como podéis apreciar, fueron muchas las sorpresas. Sorpresas que pudimos, en alguno de los casos, paladear. En otros, disfrutar, viendo el ambiente cargado de elementos de esta fiesta tan típica de la cultura anglosajona. Aunque pensando, tiene muchos puntos en común con otras de nuestra tierra. Se me ocurre la de "Los hurramachos", cuando nos disfrazábamos, en la época de los carnavales, con ropas oscuras y con lo primero que pillábamos. Ese deseo de asumir otra identidad, aunque sólo sea por unas horas, está latente en todas las culturas. Una necesidad que se palpa en el imaginario colectivo de los pueblos, aunque en este caso adopte un matiz tragicómico. Supongo que una necesidad de conjurar todos los miedos. Lo que sí conjuro, y mucho, fue nuestro deseo de disfrute. Y vaya si lo logró. Las fotos están ahí para confirmarlo. Fue un paseo por los sentidos. Una fiesta de sensaciones. Un encaje perfecto en el que nos integramos con una sensación de alegría, de risas. Brujas y fantasmas nos acompañaron, mudos. Pero con clase. Arañas, escobas y pastelitos que paladeamos con fruición. En fin, un festival que espero vuelva todos los otoños. ¿Verdad que sí Teresita...?
Muchos besos por tus ganas.
Muchos besos por tus sonrisas.
Muchos besos por tus besos.

lunes, 27 de octubre de 2014

Un "Jalogüín" de ensueño.



Esta será una entrada doble. Ante el volumen de las fotos y su contenido no puede ser de otra manera.
¡Qué derroche de imaginación¡ Me hubiera gustado utilizar otra expresión, pero creo que no existe. Mi hermana Tere otra vez lo ha conseguido. Otra vuelta de rosca estupenda. 
Creo que no está nada mal utilizar costumbres y tradiciones de otras culturas. Por supuesto, sin olvidar las nuestras. Enriquece y te abre los horizontes hacia otras maneras de entender la vida. Y, si encima, se hace con esta clase, pues que viva "Jalogüín". Me gusta más esta expresión.
Fue un impacto ya desde el principio. Mirad las fotos: las puertas de su casa nos daban la bienvenida.Murciélagos y piernas. Pero el pasillo también: sombreros, escobas y una iluminación exquisitas nos anunciaban lo que no íbamos a tardar en var. Pero...eso lo dejamos para la próxima entrada. ¿Os parece?.
Que lo disfrutéis tal y como nosotros los hicimos. Un beso y buen lunes.

martes, 21 de octubre de 2014

¡Teresa la marquesa...¡



¡Teresa, la marquesa, tipití, tipitesa, tenía una corona, tipití, tipitona, con cuatro monaguillos, tipití, tipitillos, el cura y el sacristán, tipití, tipitán...¡ Esta era la canción con la que, muy a menudo, sorprendíamos a mi hermana Tere. Una melodía que me lleva a esas tardes inmensas de nuestra infancia, en las que el tiempo se vivía al ritmo de la comba, que vibraba como un silbido largo, o de los zapatazos estampados en la rayuela de La Fontanilla. Una melodía, además, asociada a olores auténticos, como las pastillas de chocolate con las que nuestra madre nos obsequiaba para festejar los cumpleaños o "los santos". Eran celebraciones sencillas, pero eran. Hoy, por suerte, lo siguen siendo. Y mi hermana Tere es la encargada. La maestra. Sabe, como nadie, desperezar emociones. Una vez más lo ha conseguido. Lo digo por la merienda del otro día. El día de santa Teresa. Como siempre, nos ofreció lo mejor. Y no sólo por las viandas y los complementos. Hubo, por lo menos en mi caso, una ocasión para recordar instantes de mi pasado. Una asociación mágica. El chocolate de tio Nicasio, el aire de La Fontanilla con olores a otoño, la leche calentita de mi madre, los brazos de gitano que Doña María, la maestra y mentora de mi hermana, hacía en la tahona del pueblo, los gritos de mis hermanos, los ladridos del perro cazador de mi padre...en fin,  sensaciones que, gracias a su buen hacer, han vuelto a despertar entre las dobleces de mi memoria. Gracias Tere, una vez más.
Y por eso de que una imagen vale más que mil palabras, las fotos.
 Espero haber estado a la altura de su contenido. 
¿Qué más decir?
Ahora es vuestro turno.



domingo, 19 de octubre de 2014

Mi sección vintage: la descalzadora acabada.



¡¡Y por fiin...¡¡
La descalzadora acabada
¿Os parece la misma?
Creo que ha variado en su totalidad. Ha sido un proceso laborioso, pero ha merecido la pena. Tenía un mueble viejo y, ahora, me encuentro con una butaquita con encanto. Gracias al tono neutro de la tela y al color claro que he dejado en la madera dispongo de un elemento decorativo que seguro me dará juego en cualquier rincón de mi nueva casa. Como os prometí he añadido bastantes fotos del acabado final. Como podréis apreciar lo he tapizado, siempre que el sillón me lo permitía, utilizando poco agremán y recogiendo la tela por debajo de la estructura. Donde no he tenido más remedio que utilizarlo ha sido en la parte de atrás, para disimular la unión entre las distintas telas, y en los laterales. Además, he confeccionado un cojín-riñonera de la misma tela, a la que he añadido otra más liviana, con la que he confeccionado el fleco del perímetro. Pero eso, para otra entrada. Besos y 
                        
                                ¡¡FELIZ DOMINGO¡¡

jueves, 16 de octubre de 2014

MI sección "Vintage": la descalzadora en marcha.



En esta entrada os sigo hablando de los progresos en la descalzadora. Una vez limpìa de todos los elementos antíguos, procedí a pasar unas cintas elásticas, entrelazadas, por la zona del asiento y del respaldo. Hay que tensarlas muy bien para que resistan. A continuación, comencé a poner las espumas de 10 centímetros, previamente cortadas, siguiendo un patrón. Después, para recubrirlas y darles uniformidad, ajusté una espuma muy fina por todo su perímetro. Este paso hay que realizarlo con mucho cuidado, porque hay que tirar de ellas, procurando que no se rompan. Lo hice en el asiento y en el respaldo. Una vez terminada la operación procedí a cubrirlas con una tela muy fina, antes de poner la tela final. Elegí un tono neutro, un algodón gris fuerte al que, con antelación, saqué un patrón en papel. Esto es muy necesario y más seguro, porque con el papel puedes hacer todos los ajustes necesarios antes de cortar la tela. Ya podréis observar por las fotos que lleva aberturas por los laterales y éstas han de estar muy ajustadas y centradas para que casen bien. Si se hubiera elegido una tela de cuadros o de rayas, ésta debe de seguir la misma línea que el respaldo para que esté centrada. En la próxima entrada os pondré las fotos del final del proceso y os explicaré el acabado por la parte de atrás del respaldo, así como de los laterales. Besos.

lunes, 13 de octubre de 2014

Una camelia blanca.



Una sencilla composición, en donde una camelia es el centro. El resto, hojas, en un juego de cloroscuros para no restar importancia a los tonos de la flor. De la misma manera, el marco elegido es también muy sencillo: una caña fina de madera, pintada en blanco roto. A veces, la elección de un único motivo es una buena decisión para equilibrar el conjunto. O eso es lo que me parece. ¿Y a vosotros?

martes, 7 de octubre de 2014

Mi sección Vintage: un sillón descalzadora.

Otra restauración de mi sección vintage. Esta se ha adelantado a la del mueble. Os cuento las razones. El mueble está ya completamente restaurado, pero no os lo puedo enseñar porque lo tengo aún sin armar, esperando a que el sitio al que va destinado esté ya preparado. Mientras tanto, os presento los prolegómenos de este sillón descalzadora. Hube de limpiarla por completo, así que eliminé  todos los elementos anteriores para descubrir cómo se realizaba este trabajo: muelles sujetos por cuerdas y mucha trama vegetal para el relleno, aparte de innumerables púas por toda la madera. Estos son los primeros pasos. Una vez realizados, lijé, a máquina y a mano, la madera oscura, quedando otra más clarita a la que fui aplicando unas lijas más suaves. ¿Qué os parece? Más adelante habrá más. 
Una curiosidad: Me encontré con una madera , en donde aparece el nombre del tapicero, y la fecha de su ejecución: 1 de enero de 1945.

viernes, 3 de octubre de 2014

FLores y frutos.




Y el compañero del cuadro de la última entrada. Los realicé hace algún tiempo, cuando utilizaba pinturas al óleo y construía los fondos en unos difuminados diferentes de los que hago ahora. No obstante, la impronta de las flores es semejante a las de ahora. En cualquier caso, me gustan los dos, porque, aunque varíen los instrumentos, la inspiración es la misma. Aún funciona, por suerte. Besos.