viernes, 27 de febrero de 2015

Un cojín -cuadro.



Y ¿Por qué no un cojín de estas características?
Me refiero a la oportunidad de rescatar un momento, un detalle, una sensación. Como el que aparece en la foto. Ya veís que es antigua, con una pátina que solo el tiempo la puede conferir. La tengo guardada y, a fuerza de casi venerarla, se me ocurrió la idea: traspasar a un cojín parte de esa magia. Y. además, conferirle un toque de color. Como los vestidos eran rojos y blancos, no dudé en hacer una réplica diminuta del vestido de mi hermana, para quien iba dedicado el cojín. Pero antes, el dibujo. Me metí en  la tarea con un poco de respeto y de miedo. No en vano, tratar de capturar la impronta de su figura era tarea complicada. Así que cojí lápiz y goma y me dispuse a probar. Hice varios bocetos y, al final, opté por el que creía que se ajustaba más a su personalidad. De pequeña solía tener, casi siempre, anginas, por eso su expresión es muy peculiar, con un rictus que denota  dolor. Creo que eso lo he captado, quizás de una manera rudimentaria. Luego confeccioné el vestido, según las indicaciones que nos dio en su tiempo mi madre: roja la falda y blanco con lunares rojos el cuerpo. A continuación lo pegué con unas puntadas al aire. Además, para conferirle el aspecto de cuadro, corté un óvalo en otra tela más fuerte y, alrededor del perímetro, hice un sobrehilado de lana gorda. Por cierto, yo soy la gordita del collar.
 ¿Qué os parece. ¿Merece la pena? Yo creo que sí y si alguno de vosotros lo desea, me pondré manos a la obra. Ya sabéis que nada me complace más que crear. Besos. Y feliz fin de semana.

domingo, 22 de febrero de 2015

Mi sección vintage: el baúl mini ya acabado.



Por fin el baúl está a punto para guardar en él todo lo que queramos. Aunque asi podría quedar también estupendo. No en vano he querido que el interior fuera tan importante o más que el exterior. Se nota, ¿no? La pintura  de esta hada de las flores la he reciclado. Antes pertenecía a un cojín, como ya creo que os dije. Lo tenía guardado y pensé que así le daba otra nueva vida. Para rematar la tela he utilizado una puntilla verde clara para las uniones interiores y una pasamanería muy original de pequeñas flores y lazos para los bordes exteriores. Además pegué unas mariposas, también realizadas por mí, en la zona curvada del baúl y di unos toques de pintura blanca con una esponja. Quería conseguir una impresión de cielo para estas mariposas revoloteadoras.
Después de todos estos pasos, he quedado satisfecha. He cambiado este viejo baúl por algo que sé me dará muchas satisfacciones. No sólo por los "secretos" que podré guardar en él. Además porque, desde ahora, tendré siempre presente este trocito de fantasía en un rincón de mi casa. Y eso no es fácil en estos tiempos tan prosaicos. Besos.

martes, 17 de febrero de 2015

Mi sección vintage: un mini-baúl de hadas.



Otro baúl recuperado. En este caso se trata de un baúl mini, de aquellos que usaban nuestros abuelos para guardar sus objetos más queridos o valiosos. Me topé con él por casualidad, hace ya unos meses, en un mercadillo. Como podéis apreciar por las imágenes, estaba muy deteriorado, forrado con una falsa piel de color granate. Por dentro, estaba recubierto de papel, aunque también en muy malas condiciones. Así que me puse en faena y comencé a limpiarlo. Fue difícil, sobre todo en el exterior porque la piel estaba atrapada por un sin fin de chinchetas que hube de retirar una a una. Además también retiré unas tablillas de la zona superior. Por lo que se refiere al papel lo fui levantando poco a poco. Una vez realizado este paso, lijé toda la superficie externa y cepillé la interna, procurando que desapareciera todo el papel. A continuación pasé una esponja con una pintura blanca muy licuada. La dejé secar y apliqué una cera con color. Esperé unas horas y saqué brillo. En el interior, como lo iba a tapizar con una tela muy liviana y, para evitar que la cola se transparentase, opté por poner primero una entretela. Con ello solucionaba el problema y nivelaba la superficie. Además decidí pintar los cantos de un verde esmeralda, muy similar al de la tela final. En ella va pintada un hada, rodeada de flores. Aunque para verla deberéis esperar a la próxima entrega. Besos. Espero que os guste.

domingo, 8 de febrero de 2015

Una espiral en un cojín.


Otra de cojines. En este caso lo he ideado para el recibidor de mi nueva casa. Además he querido coordinarlo con el cuadro que irá encima del sofá. Como podéis apreciar éste, en tonos blancos y grisáceos, sólo lleva una nota de color, que se refleja en el plato y en el lomo del libro antiguo. Por casualidad tenía un trozo de tela en un color similar, así que me puse manos a la obra y, para igualar formas, me decanté por esta espiral, realizada en un tono parecido al del resto del cuadro. Corté unas tiras y fui haciendo pliegues que luego pasé a la máquina. No sé si será una deformación profesional, pero me gusta que sea así. Y a vosotros, ¿Qué os parece?