martes, 9 de diciembre de 2014
Cascabeles en Navidad.
Este año mi corona viene cargada de cascabeles. Una palabra que sugiere, llena de buenos augurios. Sólo con pronunciarla, la boca se abre en una sonrisa. ¿Quién la inventaria?, me pregunto, porque fue todo un hallazgo. Juan Ramón Jiménez, sabedor de su musicalidad, la utilizó para hablarnos del trote amable de Platero, envuelto en un ligero"cascabeleo", mientras se le acercaba. Otros muchos, también. Una grafía a la altura del sonido que este pequeño artilugio provoca. Por lo demás, evocador de recuerdos, de sonidos tan atávicos como recientes, porque su magia no cesa. Cada vez que los movemos, ésta vuelve. Y, siempre para sorprendernos. Como ahora, en el preludio de La Navidad.
Que su cascabeleo nos traiga de nuevo todas las mejores sensasiones.
Yo elijo la de la Paz. ¿Y vosotros?
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