miércoles, 27 de febrero de 2013
Una tabla de hacer queso, convertida en cuadro.
Nunca pensé que quedara tan original una vieja tabla de hacer quesos comprada en un anticuario. ¿Qué os parece? Una vez limpia y lijada, salió una madera robusta y sólida a la que quise añadir una banda decorativa, trabajada como si fuera un falso mosaico. Para realizar el dibujo me inspiré en uno romano. Una vez estampado, pasé una fina capa de betún de judea para que los colores semejaran el paso de los años, lo mismo que la madera. Aproveché dos de los orificios para colgarlo en la pared con unos cordones de algodón. En la otro foto se aprecia con nitidez el dibujo de la greca. El resultado: una idea única para hacer de su casa un sitio también exclusivo.
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