Parece la misma bolsa, pero no lo es. Lo digo porque ya apareció en el blog otra de características similares. La verdad es que el motivo del lápiz me gustó, así que no me importó volver a pintarlo en esta bolsa, dedicada a una maestra. Ya sabéis que es muy propio de una profesión, a veces, injustamente denostada, aunque por suerte, las más de ellas aplaudida. ¡Qué mérito tienen los maestros¡ Me vienen ahora, al hilo de este pensamiento, las palabras de Pérez Reverte sobre ellos. Considera que son los únicos que pueden salvarnos del marasmo en el que andamos perdidos. Qué razón tiene. Y me acuerdo también de Doña María, mi maestra, a la que debo mi amor por la lectura, entre otras muchas cosas. Gracias a su paciencia y dedicación entré en el mundo mágico de la palabras y, con ello, en el de la imaginación y de la fantasía. Desde entonces no me ha abandonado. Siempre estará conmigo ese olor temprano a libro viejo que todos los domingos, después de misa, disfrutaba en la biblioteca de mi pueblo. De su mano, conocimos muchos tesoros que, una vez abierto el libro, comenzaban a expandirse por el aire especial de la habitación. Gracias a ella, y a todos los demás, comenzamos a explorar el mundo. A "dar nuestros primeros pasos". Una guía imprescindible que, afortunadamente, nos sigue acompañando. Y que sea para siempre.
¡¡ VA POR TODOS LOS MAESTROS¡¡
Ya sé que hoy no tocaba, pero la inspiración es la que manda.
¡ Feliz Viernes y muchos besos con sabor a lápices y a tizas¡
A mi amiga MAESTRA le encantó. Gracias, Puri
ResponderEliminar¡Qué bien haces en poner el nombre con mayúscula¡. Besos.
ResponderEliminarOlé por los maestros. Tienen un mérito incalculable.
ResponderEliminarY que lo diga. Lo sé de primera mano. saludos.
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