Me gusta lo "vintage". O mejor, lo viejo, pero sin el matiz peyorativo que suele conllevar, a veces, la palabra. Una de mis aficiones es ir de mercadillos o de almonedas para escudriñar y descubrir "tesoros". El de hoy me lo encontré hace unas semanas en un mercadillo de Cáceres. Suele ponerse en los soportales de la plaza todos los domingos. Allí indagué y me encontré con una serie de postales navideñas muy antiguas, fechadas en los años 40 y escritas en francés. Tenían esa pátina tan especial que les confiere el paso del tiempo, aparte de un encanto que no sabría como definir y, que sólo se esconde en estos objetos. Sólo hay que echar un vistazo a las fotos. Los colores nos remiten a una época en la que había un predominio de los negros y grises, en una paleta muy reducida. Los demás había que inventarlos. O, lo que es lo mismo, pintarlos, cosa que sucede en una de las dos.
Contemplando este hallazgo me da por ponerme meláncolica y pensar en épocas, ya, definitivamente, olvidadas. Las imágenes me transportan a ese tiempo en donde la palabras eran el complemento adecuado de mil y una imágenes.
Por suerte o por desgracia, ya nada es igual. Hemos sustituido, en la mayor parte de los casos, esas postales navideñas por mensajes, a veces, mil y una vez repetidos. Y hemos permitido que mucha de esa magia se volatilice entre complejos mecanismos tecnológicos
Yo, por si acaso, sigo mirando.
A ver si la poca que queda se deja coger...
¡¡QUE LAS DISFRUTÉIS COMO UN ANTICIPO DE LA NAVIDAD¡¡
Si que es verdad que ya las únicas cartas que recibes son del banco, la luz, el agua, hacienda...quizás todo sea volver a empezar a mandar postales chulas no?
ResponderEliminarPues a mí me encantaría volver a recuperarlas. ¿Quizás un nuevo sorteo? Seguro que todos tenemos alguna que otra guardada por ahí. A mí me encantaban las de Ferrándiz. Era insuperable en ello.
ResponderEliminarSería una buena idea sacar las viejas postales navideñas...Yo me apunto.
ResponderEliminarPues sí que es verdad. Este fin de semana me lo pensaré.
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