miércoles, 30 de abril de 2014
Estudio de calas en un jarrón de cristal.
En la última entrada, una de mis seguidoras se interesó por la lámina que aparecía en un lateral del encuadre. Aquí la tenéis, aún sin enmarcar. No sé si os acordaréis, pero para realizarla me he inspirado en una de las fotos que aparecieron, recientemente, en el blog. Me gustan mucho las calas, así que no dudé en pintarlas. También las lilas, las rosas y ensañar transparencias. No es un cuadro de una experta en la matería, pero me gusta el resultado. ¿Y a vosotros?
¡¡Que paséis un feliz y largo fin de semana¡¡
domingo, 27 de abril de 2014
Sobre poesía y telas.
Yo creo que el lema estampado en el cojín es de lo más acertado. No me lo invento yo. Venía inscrito en la tela que, como me suele suceder, estaba esperándome para que me la llevara. Puede sonar pretencioso, pero es la verdad. Hacía tiempo que me rondaba la idea de adquirir una tela con letras para entelar un mueble.Más adelante os hablaré de él. Y, como ya habréis adivinado, me la encontré en uno de mis mercadillos. No sólo tenía letras, además frases enteras en diferentes idiomas. Hablaban de poesía, como guinda del pastel. Me encantó al instante y, enseguida, ideé este cojín que bien podría valer para rendir un homenaje a todos aquellos que alimentan nuestra alma. Poetas que manejan las palabras sin miedo y nos introducen en "Macondos" mágicos e inexplorados. Y lo hacen con una capacidad innata para ponernos el vello de punta al tiempo que las emociones.Va por ellos.
Para, además, dar un toque de color al cojín, imaginé unos pétalos cayendo sobre la tela. Fue la inspiración que me vino después de transcribir estas palabras. ¿Qué os parece?
viernes, 25 de abril de 2014
Que por bolsas no quede.
Me gusta mucho el lino, una tela muy versatil. Incluso hasta las arrugas que genera. En este caso se trata de un lino menos rústico, más suave y delicado. Con él confeccioné esta bolsa. Sobra decir que disfruté mucho maniobrando con la tela, sobre todo a la hora de plancharla, pues quedó "casi" perfecta. Para el interior y la perita eché mano de una tela muy primaveral con florecillas y frutos diminutos, cargada de encanto. Os invito a que confeccionéis bolsas similares. Prometo sacar las que me lleguen. Seguro que serán preciosas.
¡¡¡BUEN VIERNES Y FELIZ FIN DE SEMANA¡¡¡
miércoles, 23 de abril de 2014
Una mascota y una sonrisa.
A lo largo de mi vida he pintado muchas mascotas: perros, gatos, periquitos, incluso alguna que otra rana. En este caso, además, una vaquita. Una mascota mini para los sueños y juegos de mi hija. Quiso que "la inmortalizara" en uno de sus cojines y aquí la tenéis, vigilando, como siempre y por partida doble, el espacio que, cada vez que vuelve, se llena con su sonrisa. Como la de la vaquita.
¿Os gusta?
¿Os gusta?
lunes, 21 de abril de 2014
Dos texturas diferentes para un único tema.
Ahora el paisaje extremeño está que se sale de bonito. Jaras y cantuesos y un sin fin de florecillas constituyen un regalo para los sentidos en esta primavera. El otro día, de camino a Portugal, pude disfrutar de él. Un espectáculo del que jamás me cansaré. Como tampoco de pintarlo. Así que, cuando regresé, decidí volver a pintar esas jaras y cantuesos que tanto me inspiran. Y lo hice utilizando diferentes soportes: una cartulina y tela. Me apasiona investigar cómo se comporta la pintura ante diferentes texturas y tramas. En el caso de la cartulina, aparte de utilizar pinceles de pelo largo, la pintura se desliza sin obstáculos. Es una delicia, pero se seca enseguida, con lo cual, la pincelada ha de ejecutarse con rapidez. Con la tela, el proceso es más lento, porque la trama, en este caso ligeramente acanalada, hace que deba manejar pincel, de punta roma y más duro, con mucha fuerza, arrastrando la pintura para que, además, se impregne en la tela. El resultado es el que os muestro. ¿Qué os parece?
¡¡¡Buen lunes y feliz vuelta a casa¡¡¡
¡¡¡Buen lunes y feliz vuelta a casa¡¡¡
miércoles, 16 de abril de 2014
Una explosión de belleza.
El jardín de mi casa ya ha florecido: lilas, calas, rosas...Un mosaico que disfruto como siempre en estas fechas. Sé que las flores están muy bien en el jardín, pero no puedo sustraerme al deseo de cortarlas para hacer arreglos florales como éstos que os muestro. Con ello, también, consigo que la primavera se cuele en la casa y que ésta se impregne de aromas renovados. Olores que me transportan a otros lugares, a otros tiempos. Es un milagro que no me canso de admirar: el de la vida que, inexorablemente, siempre se abre camino. En este caso, con su belleza.
¡¡ Que los disfrutéis junto con esta Semana Santa tan veraniega¡¡
¡¡ Que los disfrutéis junto con esta Semana Santa tan veraniega¡¡
domingo, 13 de abril de 2014
Mi primera Piru.
Se llama Cuquina y la ideé para la Primera Comunión de mi hija. Aunque ya había confeccionado otras-esto viene de muy atrás- sí es cierto que ésta fue la primera de la serie de "Pirus" que todos conocéis por el blog. Intenté que el vestido fuera una réplica del de mi hija. Creo que, salvando algunos impedimentos, quedó aceptable. Incluso, reproduje las florecillas de la cintura idénticas a las del vestido, así como las jaretas de la parte baja. Por lo demás, opté por una lana amarilla para el pelo-mi hija era rubia- que repartí en dos coletas y un ámplio flequillo. Los ojos, la boca y la nariz las bordé con hilos de diferentes colores, en lugar de pintarlos. Junto a la piru Cuquina, aparecen algunos detalles para completar ese día tan deseado: marca-páginas pintados artesanalmente por mí, una muñeca de cerámica con un vestido-bolsa aromática y una bolsita rellena de flores secas olorosas. Si alguien estuviera interesado en alguno de ellos, puede ponerse en contacto conmigo a través de la dirección del correo electrónico que siempre aparece en la página principal.
viernes, 11 de abril de 2014
Sobre bordados y pinturas.
miércoles, 9 de abril de 2014
"Fermín Solís y "Buñuel en el laberinto de las tortugas"
Imágenes del último de nuestros "Encuentros literarios". Para cerrarlos, contamos con la presencia de Fermín Solís, un dibujante extremeño de comics. Fue una experiencia muy interesante y todo un descubrimiento. El autor nos deleitó con una charla muy amena, en la que, de forma gráfica, nos introdujo en su mundo creativo. El libro elegido para la ocasión fue "Buñuel y el laberinto de las tortugas", una "novela gráfica" que cuenta la aventura de Buñuel y su paso por Las Hurdes. "Una tierra sin pan", como el mismo la califica en el documental que realizó sobre los años 30. Fermín, en un alarde de ingenio, intenta resumir en el comic lo que supuso para el cineasta esta experiencia tan "surrealista".
Adjunto, además, una foto del detalle final que se entregó en los postres de la comida, antes de la charla con el escritor y los profesores inscritos en el curso del CPR de Brozas. Nos lo sirvió "Contigo pan y cebolla", un blog, en el que Lourdes y Ruth reciclan y crean al mismo tiempo, algo poco común en estos tiempos.
sábado, 5 de abril de 2014
Sobre curichichís y mucho,mucho genio...
Pelar y cortar las bellotas en pequeños dados para los perdigones fue y sigue siendo una tarea ineludible para mi padre. Una ceremonia que aún repite, sin el menor asomo de tedio o cansancio. Esta foto la tomé en Febrero, "el mes del predigón" por excelencia. Una época del año en la que no hay cabida para nada más. Palabras como escopeta, cartucho, puesto, campesina, moña, u otras similares rebotan en mi mente al contemplar la foto. Y también en mis oídos los "curichichís" cotidianos, que, durante una etapa de mi vida, no me quedó otra que aceptar. Con ellos, vienen , además,ciertos recuerdos. Y de la misma manera que a Proust se le despertaron algunos al mojar la magdalena en el té, los míos, ahora que hablo de ello, comienzan a desperezarse de un largo sueño para ofrecerme imágenes de un pasado en el que el canto de los perdigones era la banda sonora, a veces querida y, en ocasiones detestada, de mi "habitat" cotidiano. Cuántos recuerdos afloran asociados a la casa de Ibahernando y a los pisos de la calle Palencia y de Santa Joaquina de Vedruna, en donde los perdigones siempre tenían su sitio.
Y parte de estas experiencias, también han encontrado el suyo: el de las palabras. Con su ayuda me he atrevido a verterlas en el papel. A fijarlas para que nunca se olviden. Sé que eso sucederá si los demás se conceden un rato para leerlas. Tal es su fuerza. Hubo muchos momentos, vividos entre cantos estridentes y alguna que otra pluma volando por el aire calentito de la cocina. Y mucho genio reconcentrado. De entre ellos, he rememorado el siguiente. Os cuento.Nos encontramos viviendo ya en el piso de la calle Palencia.Es 2o de noviembre. ¿Os suena la fecha? Pues sí, acaba de morirse Franco. Alrededor de la tele, ya de noche,casi toda la familia. Comienza así:
"Ya veremos lo que pasa...-escucho a mi padre al hilo de los acontecimientos. Está sentado en uno de los sillones del tresillo de skai, fumándose un cigarro. Acaba de darle una calada y ahora sacude la ceniza en un cenicero de plata. No lo digo, pero me fastidia que lo manche. Es uno de los objetos que más me gustan del piso y no quiero que se deteriore. De hecho, ya aparecen por el contorno algunos de los rayones propinados por mi madre para limpiarlo. así que desvío la mirada. De fondo, la cantinela del telediario. Hoy habrá para rato. Después de escuchar en un silencio expectante el "Franco ha muerto", ya repetido muchas veces a lo largo del día, el locutor nos apabulla con sus comentarios. Y la tele con imágenes y más imágenes...
-¿Y qué es lo que ha dejado atado Franco...? Mi hermana Pili, la pequeña de la casa, nos sorprende con esta pregunta. Lleva, aún, el uniforme del colegio. Sentada en su escueto trozo del sofá, mirando las imágenes y escuchando. Sigue muy delgada, a pesar de los esfuerzos de mi madre para que coma. A veces, durante la noche, vomita...."Ya está otra vez con acetona", es su respuesta cuando acude a la habitación para atenderla con el gesto adormilado. Desde entonces, siempre que escucho la palabra, la asocio con el olor que quedaba en el cuarto, mezclado con el del suavizante de las sábanas y el de nuestros cuerpos. Son dos literas y muy poco espacio. Un conglomerado de esencias sin apenas individualidad. Falta aún mucho para que esta palabra tenga cabida en nuestro vocabulario. De momento, somos. Así, en conjunto. Como no la conocemos, no la podemos añorar. Felices, como ahora mi hermana Pili, compartiendo un trozito de su vida en el sofá.
Mi padre la mira, pero un sonido peculiar le distrae. Es el de los perdigones que curichean en la cocina. Y en ellos se pierde. Así que mi hermana Jacinta, a su lado, se lo explica: Pues quiere decir que, aunque se haya muerto, todo va a seguir como ahora. Mi madre, sentada en el otro sillón, tiene los brazos cruzados. De vez en cuando, los cambia de posición. Impaciente. Quizás deseando que termine cuanto antes el día. Tiene una capacidad especial para aislarse de las cosas que no le interesan. Y la política es una de ellas. Aunque, a veces, suele sorprendernos con una vena de bruja o de adivina, que brota con desparpajo para dar en el clavo. Como la reflexión que acaba de hacer en voz alta" Sí, sí, atado y bien atado...Pues me parece a mí que la Pasionaria y el de la peluca muy pronto lo van a desatar..." Han salido tan de repente de su boca, que hasta ella misma se extraña. Después sonríe y nosotros con ella. Aunque esta vez ha errado en el golpe. Otros tomarán el relevo. Se huele en el ambiente, aunque nada sepamos de política. Las razones son obvias. "Dos carcamales", como los califica mi abuela, no pueden ser los sucesores. Sí serán los que ahora desfilan por la tele. Esta se despacha con imágenes en las que aparecen los príncipes de España ante el féretro de Franco. Juan Carlos, de uniforme, le hace el saludo de rigor. Sofia, al lado, en un cuidado segundo plano. Después nos ofrece colas interminables de gentes del pueblo que van a darle el último adios. Llorando. Por un sentimiento de empatía, me noto las mías forzando por salir. Emociones postizas, porque nunca me ha gustado la parafernalia de la muerte. Esta tiene proporciones gigantescas. Además, despachadas como si fuera un "reality" de los de ahora. Por fin, pienso, la espera ha terminado y, al pensar, rememoro las palabras de uno de mis compañeros de la facultad. Un comunista reconcentrado. "...A no ser que este cabrón haya hecho un pacto con el diablo le queda muy poco de vida...". Lo dijo en voz baja, aprovechando los tiempos muertos entre clase y clase. También recuerdo los corros improvisados en los pasillos, en donde se hablaba del mismo tema. Cada cual aportaba noticias y pareciaciones personales, muchas de ellas sobredimensiondas. Que si ya estaba muerto y no lo querían decir. Que si los militares iban a tomar el poder. Que si Carrillo y la Pasionaria ya estaban en España. Que si Los Guerrilleros de Cristo Rey andaban dando palos por ciertas zonas de la capital. Que si la ETA tenía un grupo de terroristas infiltrados en Madrid.
Que si...Que si...
Por un momento, mi mente se queda en blanco. No quiere procesar tanta información, así que vuelvo a la realidad de la sala familiar y me deleito con el lado amable de la noticia: tres días de asueto, en los que me podré dedicar a lo que quiera. El salón está empapelado. Son figuras geométricas que simulan amebas. Es un dibujo que me hipnotiza cada vez que lo miro. y en el me quedo ensimismada buscando respuestas. Hay, no obstante, una barrera que me impide sentir algo profundo por la situación que estamos viviendo. Franco fue siempre para mí un retrato en las escuelas de mi pueblo. No comprendo cómo miles de personas hacen colas inacabables para ver su cadáver. Es patético. Y, además "como para esperar..." me digo a mí misma mientras vuelvo a contemplar las imágenes de la tele. Pero tampoco puedo empatizar con las nuevas situaciones que podrían generarse, entre otras cosas, porque aún no son.Me da rabia no tener convicciones en este sentido. Pero así es. Los perdigones vuelven a curichear, a pesar de la hora. Alguien se ha olvidado de ponerles las fundas. Me encamino enfadada hacia la cocina, en donde mi padre los tiene colocados encima de los armarios. Quiero descargar mi mal humor en ellos. Cuando llego compruebo que han subido el volumen de su canto. Me noto a punto de explotar. "¡Qué os calléis ya¡" les espeto como si pudieran comprenderme. En lugar de bajar el tono, se envalentonan y lo reduplican. Mi genio va en aumento. Salgo a la terraza y cojo el cepillo de barrer. Me acerco, lo elevo y doy varios golpes en los barrotes. Por un momento se callan. Algunos baten las alas en el escaso espacio."¡Serán guarros...¡" vuelvo a quejarme al comprobar que una ligera capa de polvo se acaba de posar en mi cabeza. Espero unos instantes, sin moverme, como si con ese gesto pudiera contribuir a alargar el corto silencio. Me voy hacia la entrada de la cocina, dejo el cepillo junto a la puerta y apago la luz. Salgo. Pero antes de llegar al salón, vuelven a la carga. Me doy la vuelta y les vuelvo a amenazar. "No os da vergüenza...-les recrimino- que se ha muerto Franco y vosotros venga dale que te pego."-les vuelvo a intimidar. no ya sin cierta sorna. Recibo por respuesta un andanada nueva, de no sé qué modo del canto, porque, según mi padre, tienen muchos. Este suena diferente. Como más alegre.
Será que les importa un pito...
Como a mí.
"Cuadernos de vida" Capítulo V: Cuadernos cuadriculados.
Para mi hermana Pili. La más pequeña, pero la más grande de la casa.
miércoles, 2 de abril de 2014
Una mirada al pasado.
Una mirada al pasado más reciente. Hacía tiempo que quería poner en el blog esta foto, pero nunca me decidía por la calidad de la imagen: está tomada en otra época, cuando aún no teníamos la posibilidad de manipularlas a nuestro antojo. Sólo nos quedaba, como a todos, ir a la tienda y esperar a que llegaran reveladas. Un tiempo que se te hacía eterno y en el que fantaseabas con la posibilidad-nunca se dio el caso- de que salieran fotos de película. El disgusto al comprobarlo era morrocotudo, nada que ver con aquello que te presentaba tu imaginación. Hoy, por suerte, disponemos de cámaras excelentes que traducen, rozando casi la perfección, eso con lo que tantas veces soñamos. Hubiera sido estupendo poder rescatar todos los detalles, pero esto ya no es posible. La bandeja, el mantelito y las tazas se fueron, como muchas otras cosas de "Anticuaria", la tienda que disfruté durante seis años de mi vida. Una época de autentica fiebre creativa que, aún conservo. Han cambiado las circunstancias, pero sigo en la brecha. Es cierto que de forma más pausada, pero no por ello menos intensa. Miro al futuro, com siempre he hecho. De vez en cuando, al pasado. Y de él, recato recuerdos e imágenes, como ésta...
¡¡¡buen miércoles para todos...¡¡¡
¡¡¡buen miércoles para todos...¡¡¡
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