Ahora el paisaje extremeño está que se sale de bonito. Jaras y cantuesos y un sin fin de florecillas constituyen un regalo para los sentidos en esta primavera. El otro día, de camino a Portugal, pude disfrutar de él. Un espectáculo del que jamás me cansaré. Como tampoco de pintarlo. Así que, cuando regresé, decidí volver a pintar esas jaras y cantuesos que tanto me inspiran. Y lo hice utilizando diferentes soportes: una cartulina y tela. Me apasiona investigar cómo se comporta la pintura ante diferentes texturas y tramas. En el caso de la cartulina, aparte de utilizar pinceles de pelo largo, la pintura se desliza sin obstáculos. Es una delicia, pero se seca enseguida, con lo cual, la pincelada ha de ejecutarse con rapidez. Con la tela, el proceso es más lento, porque la trama, en este caso ligeramente acanalada, hace que deba manejar pincel, de punta roma y más duro, con mucha fuerza, arrastrando la pintura para que, además, se impregne en la tela. El resultado es el que os muestro. ¿Qué os parece?
¡¡¡Buen lunes y feliz vuelta a casa¡¡¡
Qué bonitas¡ Y cómo huelen.
ResponderEliminaraunque un poco pegajosas, pero es lo de menos. Saludos.
EliminarMe parece un resultado precioso, tanto en papel como en tela. Enhorabuena por tu creatividad.
ResponderEliminarMuchas gracias. Yo seguiré en la brecha. Besos.
ResponderEliminarmuchas gracias. Seguiré en la brecha. Besos.
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