A lo largo de mi vida he pintado muchas mascotas: perros, gatos, periquitos, incluso alguna que otra rana. En este caso, además, una vaquita. Una mascota mini para los sueños y juegos de mi hija. Quiso que "la inmortalizara" en uno de sus cojines y aquí la tenéis, vigilando, como siempre y por partida doble, el espacio que, cada vez que vuelve, se llena con su sonrisa. Como la de la vaquita.
¿Os gusta?
Qué cucada. Me gusta mucho, tanto que me está dando ideas para hacer algo parecido.
ResponderEliminarPues si haces algo, dímelo.
EliminarOooh, qué tierna la vaquilla!!!
ResponderEliminarEs verdad, tiene una mirada de vaquina buena. Besos.
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