jueves, 29 de agosto de 2013

Un perdigón cargado de recuerdos...

Ciervos, jabalíes, conejos, liebres, perdices...forman parte de mi imaginario. En mi infancia tuve la suerte de criarme entre ellos. Los aromas de las jaras y el sonido del curichichí de los perdigones de mi padre siempre me acompañarán, aunque a éstos últimos también los sufrí, sobre todo cuando, en aquel piso tan pequeño de la calle Palencia, sólo había sitio para sus cantos y muy poco para mi paciencia. No obstante, se convirtieron en un objeto cotidiano que marcaba los diferentes tiempos del día, como un reloj. A su son, a veces, nos despertábamos. y también, a su son, como hipnotizados, nos reconciliábamos con  el sueño. Incluso, a su son, comíamos y charlábamos. Así era nuestro mundo. Un mundo que aún  sigue vivo. No hay más que darse una vuelta por la casa de mi padre para comprobarlo. Los perdigones siguen allí,  retando con sus pitos a los años. Detenidos en ese espacioso corralón, en donde el tiempo es solo una palabra. ¡¡Ojalá que por muchos años¡¡
                                            ¡¡VA POR MI PADRE...Y POR SUS PERDIGONES¡¡
Por cierto, este cojín, está en su casa. Será por perdigones...

miércoles, 28 de agosto de 2013

Otra bolsa más.

Otra bolsita más que se va. Ésta la acabo de hacer y ya ha encontrado dueña. Lleva un forro de rayas rosas y un bolsillo de ondas, también forrado. Para alegrar el conjunto, pinté una margarita, con los bordes muy delimitados. Se cierra con un cordón doble también. ¿Os gusta...?

lunes, 26 de agosto de 2013

Tapones de corcho y otros cuentos

A veces nos olvidamos de la versatilidad que pueden tener las cosas cotidianas. Se fabrican para un fin determinado y, una vez cumplido, no sabemos qué hacer con ellas. Simplemente las arrojamos a la basura. Desde que era pequeña siempre procuré evitarlo, aunque, por supuesto,  muchas habré tirado. Es probable que esta tendencia la haya heredado de mi abuela, con la que pasé mucho tiempo de mi vida. Una mujer que sabía trascender el lado superficial de las cosas, ahondar en ellas, y darles la vuelta. Así, era capaz de convertir una simple tela abandonada en el más precioso de los cojines. O sacar una bata de una tela que, con toda justicia, podria haber acabado en la bodega de su casa. En estas cuestiones era una maestra. Y, yo, siguiendo su halo, me he esforzado en ello. Sobre todo en el tema de los muebles. La palabra "reciclar", en este caso, es la más adecuada. A muchos de ellos los he salvado de la quema y les he dado una vida nueva.  Pero eso es  tema de otras entradas.
 Ahora os pregunto: ¿Quién de vosotros no se ha encontrado con un tapón de corcho en la mano, sin saber qué hacer con él, aparte de utilizarlo para volver a cerrar la botella? 
Seguro que todos. Pues mirad las imágenes: dos ideas para que desistáis de tirarlos a la basura.Os presento un cuadro, con permiso de su creador, mi amigo Juan Carlos Calzado Romagosa. Le encanta degustar buenos vinos. Así que tenía almacenados muchos tapones  Y, un buen día de inspiración, quiso que formaran parte de un cuadro y los convirtió en materia de arte. ¿Qué os parece? A mí, genial.
El otro es un "apaño socorrido" que tiene un puntito chic. Como ya sabéis, reciclo y restauro muebles antiguos. Por eso, a veces, me encuentro con cuestiones técnicas que solo se pueden solventar con la imaginación. Como me ocurrió con este cajón que os muestro. No tenía tiradores adecuados, así que estos tapones de champán me vinieron al pelo. Originales cien por cien. ¿Os gustan?

viernes, 23 de agosto de 2013

Unos garabatos que están para comérselos.

¿Son garabatos?
Para la mayor parte de la gente que lo verá, puede que sí. Para mí son el resumen del mundo infantil-una de sus etapas-de mi hija. El dibujo lo guardaba, junto con otros seleccionados, en un cajón. Un día, trasteando, los volví a mirar y decidí enmarcar éste para sorprenderla. Cuando lo vio fue como si se abriera una puerta a su niñez, un toque de atención a ese universo fantástico por el que todos hemos pasado. Y  estos dibujos fueron la forma de la que disponía para expresar ese mundo por el que comenzaban a transitar. Un mundo en equilibrio, a juzgar por"los garabatos". En él aparece una familia. Una figura andrógina-podría ser padre y madre a la vez-, un bebé en su cochecito, dos niños y un perro. Una estampa de lo que, en aquellos momentos, podía ser un momento feliz. ¿Puro subconsciente? Tal vez. El caso es que, valiéndose de sus escasos rudimentos-un lápiz y dos colores- fue capaz de plasmarlo. Y lo hizo con mucha gracia. Decidme si no la tiene ese cochecito, en donde una de las ruedas es todo un poema. O la cara de la madre/padre, con unos pantalones que parecen bailar al ritmo que marca el carricoche. ¿Y el bolsito, casi ingrávido? ¿Y el perro de apariencia picassiana?
Un rasgo fundamental: todos sonríen. Lo mismo que ahora...
¡¡¡QUE LO DISFRUTES CUCA¡¡¡

miércoles, 21 de agosto de 2013

Estudio de caracolas y conchas.

¿Hace una de caracolas y conchitas?
Pasear. Es lo que más me gusta de la playa. Sentir el agua acariciándote los pies y contemplar las irisaciones de las olas cuando mueren en la arena húmeda. Además, las conchitas y las caracolas. Por eso este cuadro. Quería estudiar sus matices y texturas. Como fondo apliqué un entramado de colores azules, beiges y blancos que simularan el  fondo del mar. Encima las caracolas y conchas, capturadas en el momento en que caen, como si se tratara de una instantánea.
Es un cuadro muy veraniego, por eso lo he traido a la entrada de hoy. Seguro que todavía algunos estarán disfrutando de todas las sensaciones a las que antes he aludido. Y para los que han vuelto, que se conformen con mirarlo. Ya sé que es un sucedáneo. Pero tiene su gracia. ¿No creéis?

martes, 20 de agosto de 2013

Una bolsita limosnera.

Hacía algún tiempo que no os enseñaba bolsas. La de la foto acaba de salir de mis manos, aunque no por arte de magia, como hacen los magos con sus chisteras y conejos. Ésta ha llevado su proceso: idearla, cortar patrones, coserla, inventar los pequeños logos...Y este es el resultado: una bolsita limosnera, que puedes utilizar como te venga en gana. Tiene el aliciente de que se trata de un modelo único, como la mayor parte de las realizadas por mí.Para confeccionarla he utilizado una tela de lino gris con bodoques para el exterior. En el interior va forrada de una tela de seda, con estampados de bolsos, y se cierra, como podéis apreciar con un cordón rosa muy práctico. 
Si alguien está interesada en ella, tiene un precio de 20 euros. Ya sabéis, exclusividad a un precio asequible. ¡¡Buen martes¡¡

lunes, 19 de agosto de 2013

Mis mimosas.

Hubo una época de mi vida en la que pinté muchas mimosas. Este cuadro pertenece a ella, en la que, además, investigué la manera de plasmar el cristal. Aquí aparece un buen ramillete, metido en un vaso de agua, sobre un fondo apenas insinuado en vainillas y ocres. Para pintar las mimosas utilicé un pincel de puntas redondeadas, como bien se puede apreciar si os fijáis en la elaboración de cada una de ellas, y otro más fino para ir delimitando las líneas verdes de las ramitas de las mimosas. Le tengo mucho cariño y siempre que lo miro mi mente me ofrece imágenes fresquitas de su olor, de su textura y de las ilusiones que ponía a la hora de reflejarlas en un lienzo. Como ahora.

viernes, 16 de agosto de 2013

Siempre con el mundo clásico.

Hace unas semanas acudí a la representación de "Julio César", en el teatro romano de Mérida. Se trataba de una adaptación de la célebre obra de W. Shakespeare. Me gustó. Pero mucho más el marco, de una belleza que  pone el vello de punta. Allí, al compás de los diálogos, la noche y las estrellas, se me ocurrió pensar en lo mucho que debemos a nuestra civilización, ésta que nos ha permitido pensar como pensamos y expresarnos así, como lo estoy haciendo ahora. Una civilización milenaria que nos ha proporcionado la posibilidad de interpretarnos a nosotros mismos, o dicho con otras palabras, la posibilidad de crear. Y como de eso se trata, me he permitido , en esta ocasión, recrear-que no crear- las pinturas de unas cráteras griegas. Son las que aparecen en las fotos. Hube de aumentar el tamaño, porque, obviamente, el dibujo era muy pequeño. Además, modifiqué el fondo. El de las vasijas era negro, de acuerdo con las características de estas cerámicas, y yo lo cambié por otro, en donde predominan los tonos rojizos y sepias, típicos de los frescos romanos. En ambos cuadros aparecen dos figuras, un hombre y una mujer, en un banquete. Sentados y disfrutando de su ocio. Es decir, viviendo, como solo ellos sabían hacerlo. He respetado el tratamiento que aquel pintor anónimo dio a estas figuras, con un concepto del color totalmente plano. Sólo me he concedido una leve licencia en la ejecución de los pliegues de los trajes, en donde se observa algo más de profundidad. Por lo demás, constituyen un pequeño homenaje a nuestra cultura occidental,  esa de la que venimos y que, muchas veces, olvidamos. ¡¡Va por ella¡¡
Los cuadros, por cierto, son el cabecero de una de las habitaciones de mi casa. Será por aquello de que cabeza viene de "Capitia-m-" y porque con ella pensamos...

martes, 13 de agosto de 2013

MI álbum de las emociones.

¡¡Hola a todos de nuevo¡¡
El blog "Trapos de Purichi" vuelve renovado para seguir  proporcionando ideas, proyectos e ilusiones. Hace ya medio año que comenzó su andadura y el balance es más que positivo. Tengo ya muchos seguidores. O eso creo, a tenor de las estadísticas. Algunos, incluso han seguido mirando el blog durante esta semana. Lo agradezco. 

¿Os apuntáis a los "Álbumes de las emociones"?
Los ingleses y los americanos lo llaman Scrapbooking. Yo prefiero la primera expresión, por aquello de reivindicar la lengua castellana. El caso es que hoy es una tendencia en alza. Aunque no lo inventaron ellos, son especialistas en ofrecernos el producto como si fuera algo propio. Sin embargo, si buceamos en arcas o escritorios antiguos, seguro que encontraríamos el gérmen de estos álbumes, que nuestras abuelas elaboraban con un concepto del tiempo, muy distinto del de ahora.
¿En qué consiste? Pues en mostrar emociones, sentimientos y experiencias.
Para ello nos podemos valer de múltiples elementos. No solo de fotografías, sino de pequeños detalles que hayamos ido recopilando durante el periodo de tiempo que queramos inmortalizar. Todo vale, incluso el elemento más humilde puede ser el protagonista. Eso sí, ha de tener una implicación directa con el tema que se trate. Hojas, plumas, cintas, trocitos de papel, botones, recortes hechos con cartulinas etc...podrían ser algunos de estos elementos. En todo caso son álbumes que huyen del concepto standar al que estamos acostumbrados. Porque no se trata de mostrar unas fotos. Es más que eso. Emociones, vivencias, experiencias han de quedar reflejadas a través de nuestra inventiva y de la capacidad que tengamos de utilizar estos elementos.
 Para muestra, un botón:
Os presento una hoja de mi "Álbum de las emociones". Acabo de realizarla y os la muestro porque más vale una imagen que mil palabras. En ella he intentado condensar la esencia de mis mini-vacaciones, pasadas en Segovia y en Ávila. Barajé varias posibilidades antes de materializarla. Al final opté por una foto tamaño folio en la que aparezco en medio de unos de los jardines del palacio de La Granja de San Ildefonso. Como había flores, no pudo haber sido de otra manera. Son mi pasión. Una vez tenido el soporte, fui pegando elementos alrededor de la foto: imágenes de campanas-las colecciono-, de comida, incluso trocitos de entradas o de panfletos informativos. Además ideé en una cartulina una doble puerta, con ventanas, como la antesala de esas sensaciones que se iban a visualizar. Y, como no, con la muñequita del blog presidiendo el conjunto.
¿Qué os parece...?
¿Os animáis a realizar vuestro álbum de las emociones...?

lunes, 5 de agosto de 2013

Trapos de Purichi se va de vacaciones.

Trapos de Purichi se va a tomar unas mini vacaciones. Su muñequita ya está en el bolsillo de la mochila para el viaje. Ella es la que os tira un beso y os dice adios. Y yo también.

                                           ¡¡¡MUCHOS BESOS PARA TODOS¡¡¡

viernes, 2 de agosto de 2013

Giovanna Garzoni y sus platos con fruta.

Hoy os voy a hablar de Giovanna Garzoni, una pintora italiana que se dedicó a este oficio cuando el resto de las mujeres no tenían ni la más mínima posibilidad de ser libres para elegir. Nació en Ascoli Piceno, una región del centro de Italia, a principios del siglo XVII. Tuvo la suerte de nacer en el seno de una familia de artistas y artesanos venecianos, así que se impregnó de arte mientras recorría con calzones los estudios de la familia. Lo desarrolló a lo largo de su vida, sobre todo en diferentes regiones de Italia y ¿Tal vez? en París. Además con relativo éxito. Fueron famosos sus herbarios, sus retratos y paisajes. pero yo la traigo aquí por sus bodegones, sobre todo los realizados con frutas y con flores. Para mí han sido una fuente de inspiración. Y un puntito de envidia, pero de la buena. He pasado muchas horas deleitándome con ellos, mirando con lupa todas sus pinceladas, la sabia utilización de los colores y la ejecución limpia de los trazos. Fue una adelantada a su época, cuando todas las composiciones estaban encorsetadas en clichés manidos y ajados por la repetición y la falta de ideas. Y un soplo de aire fresquito en medio de esas cortes venecinas, atestadas de cuadros que no se podían salir del patrón. No hay nada más que observar con detenimiento la frescura de las frutas o de las flores, del tratamiento que  les da, con una visión nueva para su época. Cuadros sencillos que solo quieren capturar la magia del momento, como el que os enseño de unas brevas recien cogidas del árbol o el de una cerezas en su punto exacto de madurez. También os muestro un cuadro mío que quiere ser un humilde homenaje a esta pintora que para mí es grande. A pesar de las capas de olvido que la sepultan.

jueves, 1 de agosto de 2013

Para Tinti Pinti...

"Érase una vez una niña que, a pesar de los tirabuzones y la pamela, siempre andaba con las anginas puestas..." Éste podría ser el inicio de su cuento, a tenor de la foto. Es un día de fiesta- quizás San Lorenzo- y posa, junto a sus hermanos, en una de las plazas del pueblo. Lleva un vestido blanco de organdí- aparte de los tirabuzones y la pamela- y una expresión que es una incógnita. O no tanto, si indagamos un poco. Mira hacia un punto que la foto no capta, con un gesto ausente. Está seria. ¿Por qué? Indaguemos otro poquito. Se sujeta con una de las manos las cintas de la pamela. ¿Quiere con este gesto amainar algo que le impide sonreir de forma abierta a la cámara? Es más que probable. Cierto. Tiene anginas. Su martirio chino. Pero ella lo aguanta y lo disimula, como tantas veces...
Revisando algunas de las fotos que guardo de su infancia es cierto que, aparte de ella, se intuyen sus anginas. Y también sus reaños para combatirlas. Una conducta que aprendió desde muy pequeñita y que le ha valido para defenderse y plantarle cara a situaciones indeseadas, como ésta de ahora. ¿Verdad Tinti Pinti...? Anginas a mí...