"Érase una vez una niña que, a pesar de los tirabuzones y la pamela, siempre andaba con las anginas puestas..." Éste podría ser el inicio de su cuento, a tenor de la foto. Es un día de fiesta- quizás San Lorenzo- y posa, junto a sus hermanos, en una de las plazas del pueblo. Lleva un vestido blanco de organdí- aparte de los tirabuzones y la pamela- y una expresión que es una incógnita. O no tanto, si indagamos un poco. Mira hacia un punto que la foto no capta, con un gesto ausente. Está seria. ¿Por qué? Indaguemos otro poquito. Se sujeta con una de las manos las cintas de la pamela. ¿Quiere con este gesto amainar algo que le impide sonreir de forma abierta a la cámara? Es más que probable. Cierto. Tiene anginas. Su martirio chino. Pero ella lo aguanta y lo disimula, como tantas veces...
Revisando algunas de las fotos que guardo de su infancia es cierto que, aparte de ella, se intuyen sus anginas. Y también sus reaños para combatirlas. Una conducta que aprendió desde muy pequeñita y que le ha valido para defenderse y plantarle cara a situaciones indeseadas, como ésta de ahora. ¿Verdad Tinti Pinti...? Anginas a mí...
Qué entrañable Purita!!
ResponderEliminarJacinta era la de las anginas, tú, la de la acetona y las dos siempre de vomitera...
EliminarMe ha ilusionado mucho la entrada. Esta hecha con mucho mimo y por supuesto anginas a mi!. De todas formas me siento muy querida por toda mi familia y eso ayuda un monton
ResponderEliminarEse, sin duda, es el mejor regalo. Lo demás son adornillos. Aunque también quedan bien y se agradecen ¿no?
EliminarPurichy,bonito detalle la entrada de hoy,entrañable homenaje a la GR@N TINTI-PINTI....preciosa la foto.
ResponderEliminarTenía que ser ella la protagonista, sin lugar a dudas...
Eliminar