Mis mimosas.
Hubo una época de mi vida en la que pinté muchas mimosas. Este cuadro pertenece a ella, en la que, además, investigué la manera de plasmar el cristal. Aquí aparece un buen ramillete, metido en un vaso de agua, sobre un fondo apenas insinuado en vainillas y ocres. Para pintar las mimosas utilicé un pincel de puntas redondeadas, como bien se puede apreciar si os fijáis en la elaboración de cada una de ellas, y otro más fino para ir delimitando las líneas verdes de las ramitas de las mimosas. Le tengo mucho cariño y siempre que lo miro mi mente me ofrece imágenes fresquitas de su olor, de su textura y de las ilusiones que ponía a la hora de reflejarlas en un lienzo. Como ahora.
es precioso el cuadro, vaya arte que tienes
ResponderEliminarCelia, con seguidoras como tú, me doy por satisfecha. Muchos besos. Puri.
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