Hola a todos. Después de este largo fin de semana, vamos a seguir hablando de telas. Hace poco os enseñé un cojín elaborado con una tela, de trama muy fuerte, que había pertenecido al ajuar de mi madre. La tela de éste, también. Es más suave y cálida, aunque no por ello menos fuerte. Además, es única, porque fue manufacturada en el telar de la familia. Una verdadera joya. En ella plasmé unas peras, de un color parecido al vino. Una más sobre frutas, de las muchas que realicé hace ya algún tiempo en tramas diferentes.. Fue como una fiebre, que hoy aún perdura. Aunque la intensidad sea diferente. Para realzar el conjunto, cosí un bies de un color parecido al de las peras por todo su perímetro. El cojín es pequeño, pero se disfruta de igual manera. ¿No os parece?
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