La más especial de mis mantelerías

La de hoy es una entrada muy especial. La mantelería lo merece. La tengo guardada como una joya  y sólo la saco en fechas señaladas, como éstas que se aproximan. Cuando era pequeña no me cansaba de mirarla. Yo sabía dónde la guardaba mi madre y, siempre que tenía la oportunidad abría el cajón del mueble del comedor "bueno" para deleitarme con sus texturas, con su colorido y con el olor que despedía...
Hoy, por suerte, la tengo conmigo y, cuando llegan estos momentos, repito el mismo ceremonial. Me lleva, cuando la toco y la huelo, a épocas en las que fui féliz. Lo mismo que ahora al contemplarla. Es uno de los mejores regalos que tengo. Con ella viajo a mi pasado para recordar a mi abuela y a mi madre. Y me siento féliz por ello. Porque ellas, a través sus pájaros o de sus flores, nos legaron todo su universo, su concepción de la vida. En definitiva, sus ilusiones, para siempre enredadas entre la fina tela. Y entre mi corazón. Para siempre.

Como podéis apreciar, los motivos son bordados de pájaros sobre una tela de hilo brocado de Holanda. Van enmarcados por una cadeneta muy elaborada y con las iniciales de mi abuela. Como el motivo central va en medio de las servilletas, he optado por colocarlas encima de los platos, junto con los cubiertos. Una opción más y diferente. Por lo demás, he dado más preponderancia en las fotos a la mantelería en detrimento de los demas elementos. De eso se trataba.
En otras entradas os hablaré más de ella...Porque hay más.

                                 ¿Qué os parece?