¿Puede haber poesía en una mesa vestida para una merienda?
Creo que sí. Poesía visual, de los sentidos, fue lo que experimenté al verla. Las fotos que ilustran esta entrada dan fe de lo que digo. Un derroche de armonía y buen gusto. Una mesa que es la proyección de la sensibilidad de su creadora. Porque se trata de una creación en toda regla: telas y porcelanas, casadas en un fino equilibrio, hicieron de la reunión todo un acierto. Amén de las viandas.
Todo un lujo fue acudir a esa merienda. No faltaba detalle, de lo más agradable tanto para la vista como para el gusto. Y la compañía de lo mejor!
ResponderEliminarEstoy contigo, Pili. Que se vuelvan a repetir, seguro que mamá estará muy contenta por ello.Un beso. Puri.
EliminarTengo en suerte de vivir rodeada de personas con un gusto innato q me alegran la vida. Y eso es lo mas grande.
ResponderEliminarY que lo digas. Nosotras también tenemos la suerte de compartir con tu espíritu sensible todas estas pequeñas cosas, que, como tú bien dices, son las que inspiran la vida. Un beso. Puri.
EliminarJo purichi!!que manera tan especial de hacerme sentir protagonista de esa determinada poesia....me siento abrumada!!!Gracias gracias y gracias.Mi infinita gratitud para tres de las personas mas importantes de mi vida:mis hermanas......y por todas esas meriendas q estan por venir...Bsss
ResponderEliminarEso es así, y me he quedado corta. También tú puedes abrumar con las palabras, no te quepa duda. Un beso por ellas y a seguir creando esos ambientes que son sinónimo de belleza.Purichi.
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