Hoy os presento a la infanta, o "menina", la figura central del cuadro de Velázquez. Y lo hago en un momento intermedio de su elaboración: con la figura ya plasmada, pero sin haber trabajado el fondo. Más adelante os mostraré el cuadro ya terminado. En este caso, el soporte ha sido un tablé, por lo que debí usar unos pinceles de pelo suave y de punta redondeada. Además, los acrílicos ligeramente aguados para facilitar que se expandieran con más facilidad sobre su superficie. La cara, una vez más, está vacía de gestos. Una nota que le hace diferente. Mirando su rostro, puedes imaginar múltiples posibilidades, sin tener que elegir una de ellas. ¿Qué os parece?
Espero vuestras críticas.
Purichi,el cuadro va teniendo muy buena pinta!!Me da q la segunda parte llegará con sorpresa,no?o por què las dos entradas?
ResponderEliminarBuena pregunta. La respuesta es muy sencilla: recalcar la importancia de los fondos. Aunque en este caso, casi no sería necesario. Dejarlo así puede resultar la mar de original. Ese sería el truco.
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