Mis meriendas con Teresa.

Como os decía ayer, "Ültimas tardes con Teresa" es el título completo de la obra de Juan Marsé. Aunque pienso que las mías serán las primeras de las muchas que quedan por disfrutar. Me refiero a mis tardes de merienda con Teresa, una de mis hermanas y la anfitriona de estos eventos que van mucho más allá de una simple invitación para comer.

Muchas gracias por dedicar parte de tu tiempo y de tu sensibilidad a crear espacios que, aunque fugaces, siempre recordaremos. Solo hay que mirar las fotos para comprobarlo. No es solo una merienda. Hay algo más. La sublimación de una tendencia ¿Quizás genética? de la familia. Al mirar la distribución de los elementos en la mesa, pienso que así es. Una canalización del bagaje familiar heredado y que se hace realidad en su elección. Asi que al mirarlos, también, de alguna manera, contemplo a nuestra madre y, yo, de manera muy especial, a nuestra abuela. Ellas están presentes en esa atmósfera tan especial. Las veo entre los pájaros de ese nido tan peculiar que has creado en uno de los rincones. O entre las uvas, que tanto les gustaban, y las manzanas de ese bodegón del centro de la mesa. Y también, mientras hablamos y degustamos, oigo sus susurros entre el tintineo de las cucharillas o el aroma del café.Una merienda que, al tiempo que estimula los sentidos, remueve recuerdos y provoca emociones. Así que enhorabuena por brindarnos esa oportunidad. Por haber sido la artífice de que esto ocurra.

¡Y que siga¡

Las instantáneas que os muestro son la prueba de lo que os he contado. Vosotros me diréis si tengo o no razón.