Teresa está despierta. Quiere aún saborear las posibilidades. Aunque ya tiene decidido qué colores serán los predominantes, no obstante se recrea en ello. "El rosa y el pistacho", piensa, al tiempo que se gira y cambia de posición. Es ya una noche calurosa de primavera y se nota en el ambiente del cuarto. A pesar de que ha retirado el edredón, siente calor. Así que se levanta, abre un poco el cristal de la ventana y vuelve a acostarse.De nuevo, los pensamientos. Ahora más tristes. Las tías. Sus tías se van apagando poco a poco, como una vela al final de una larga noche. "Cómo andarán", vuelve a repetirse. Unas voces suben de la calle. Le llegan amortiguadas. Mientras se imagina a quiénes pueden pertenecer, vuelve a recrearse en las plumas exuberantes y en las flores barrocas de la mantelería que ha elegido para la merienda. Sobre una base de tela transparente, los pájaros y las flores lo llenan todo. El efecto es impactante. Así que debe equilibrar el resto de los elementos para que el conjunto no resulte abigarrado. En medio de la madrugada, su mente va hilvanando las posibilidades de la composición. Y se deleita en ensayar lo que, pasadas unas horas, se hará realidad. Como siempre, creará una atmósfera única. Un escalofrío recorre su cuerpo. No sabe si de una ráfaga de aire fresquito o de la satisfacción que más tarde le acompañará en los preparativos. Impaciente, los visualiza: el mantel color pistacho, como fondo de la mesa, la mantelería, el eje central de todo, cayendo encima, las suaves pasadas de sus manos, el deleite de la tela...Otra vez los ruidos. Ahora es el camión de la basura el que la saca de sus ensoñaciones. Espera a que se vaya y vuelve a sentir el frescor de las sábanas sobre su piel. y, como no, sus sensaciones."Dónde lo dejé..." piensa rebobinando sus sueños. "Ah. sí..." se repite, al tiempo que los recupera: las tazas de color rosa se le aparecen encima y los vasos de la boda de Doña Pura, de tres tamaños diferentes, alineados a la perfección al lado. "Así estarán bien..." piensa mientras su mente le ofrece la imagen del centro de
mesa elegido, de cristal y con pomelos. No puede estar más contenta: todo parece casar.Hasta las copas altas, en una esquina de la composición, contribuirán a ello. Tiene ideado llenarlas de líquido de color rosa y pistacho. "Sólo me faltan los macarons. Le diré a Pili que me los compre..." reflexiona mientras sus divagaciones han derivado a cuestiones culinarias. Se gira de nuevo, mira la hora en el reloj y, por fin se relaja.Afloja sus tensiones, guarda todos sus pensamientos sutílmente hilvanados, en la caja de sus objetos preciosos y se deja atrapar por el sueño...
Este es el minicapítulo que he ideado para rendir un homenaje a mi hermana Teresa. Me he puesto en su piel, sin su permiso, y he querido reproducir lo que bulle por su cabeza en los momentos previos a la organización de una de sus meriendas. Y si acaso no he sabido describirlo, ahí tenéis las imágenes. Son una prueba irrefutable de lo que digo.
Me encantaria ver esa novela y esas fotos publicadas algún día.Es una pasada todo.Que homenaje tan bonito a una hermana.Saludos
ResponderEliminarEs una novela que está en el aire...Lo que sí te digo, Raquel, es que dentro de poco publicaré una. Se llama "Retales de la memoria". El título lo dice todo. Ya falta menos para ello. Saludos.
EliminarPurichi,una vez más sin palabras... Super-Agradecida por la entrada,por dedicarme un espacio de tu tiempo y por hacer que sienta miles de sensaciones!!!GRACIASSSS.
ResponderEliminarSegundo capítulo?
Hubiera tenido cuerda para mucho más...así que el segundo capítulo dependerá de tí. Ha sido un placer jugar a ser tú. Besos Puri.
ResponderEliminarPurita, un mini capítulo muy bonito que ha cumplido un objetivo hacer sentir sensaciones sobre todo a la homenajeada y a mi también . Las fotos preciosas!
ResponderEliminarPili, eso era lo que pretendía, tocar esa fibra sensible a la que, a veces, es muy dificil llegar.Si lo he conseguido, aunque sólo sea en parte, me doy por satisfecha. Besitos. Puri.
EliminarOriginal relato....bonita descripción poniendote en la piel de tu hermana y buen reconocimiento por parte de ella.....esperamos mas minicapitulos como este....
ResponderEliminarsaludos
Pues,avm, lo tendrás, no te quepa duda.Sígueme en el blog. Saludos. Puri.
ResponderEliminarUna forma original y elegante de narrar e ilustrar una merienda familiar,estar en ella debe ser algo delicioso.Besos
ResponderEliminarPues sí, Bea. La anfitriona sabe recrear tan bien el ambiente que lo de menos es comer. Saludos. Puri.
EliminarY dónde está Manuel q también es fuente de inspiración?
ResponderEliminarPues Manuel puede que salga más adelante. Es que ese día estaba de viaje.
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