lunes, 3 de noviembre de 2014

Sobre hilos y bordados.



Otro de mis cuadros preferidos. Lo pinté hace tiempo, pero siento las mismas sensaciones cada vez que lo miro. Los hilos de seda, con los que mi madre nos bordaba los mandiles del traje de campuza, y el pañuelo, también bordado, con mi inicial, me transporta a una época lejana que, por suerte, aún pervive en mi memoria. Este cuadro está ahí para recordármelo. Recoge no sólo los elementos que, quizás, estén deficientemente, pintados, sino también sentimientos. Viven dentro de él y me hablan de esos días especiales en los que, con la inspiración de mi parte, fui tan feliz. Con los cantos de los perdigones de mi padre, como fondo y los guisos de mi madre en las pituitarias supe, no sé como, ir convirtiendo en realidad una idea. Apresar en la tela momentos, aparte de pintura y colores. Un peldaño que superé sola, sin que nadie me explicara volúmenes o formas. Un reto que, aún hoy, me acompaña. Lo pienso. Lo siento. Y me sonrío.
                        
                                        ¡¡BUEN LUNES Y BESOS¡¡

4 comentarios:

  1. Qué precioso. Y lo que dices me gusta también. Vaya sensibilidad, prenda.

    ResponderEliminar
  2. ¿Lo vendes? o ¿Podrías hacerme uno parecido? Una admiradora. Espero tu respuesta.

    ResponderEliminar
  3. No lo vendo, claro. Pero podría hacerte uno parecido. Si quieres, dime lo que sea en el contacto. Pinchalo en la página principal. Gracias.

    ResponderEliminar