sábado, 30 de enero de 2016

Un trineo que se ha convertido en mesa.



Aquí os muestro la incógnita, formulada en la última entrada: un trineo. Me imagino que lo habréis adivinado enseguida, pero ¿habriáis pensado en esta opción?
Yo sí que pensé en ella, una vez que me topé, por casualidad, con él en un anticuario. Era alargado y no ocupaba demasiado espacio, así que enseguida pensé en la posibilidad de convertirlo en mesa auxiliar. Lo compré, me puse a la tarea y lo lijé para quitarle la capa de suciedad que tenía. Como resultaba no muy alto, decidí subirlo, encargando dos rectángulos de madera maciza de haya. Los uní al trineo con unos tornillos, una vez horadado el hierro y la madera. Por último encargué un cristal grueso, de medianas dimensiones, que permite disfrutar de su visión, sin renunciar a la funcionalidad de la mesa. ¿Os gusta?
Yo qué os voy a decir¡ Cada vez que lo miro, me siento estupendamente. No sólo por tenerlo, sino por todas las nuevas ideas que me quedan por materializar. Eso es lo mejor.

   BESOS DE SÁBADO... 

(Os habéis fijado en mi ejecutivo de azúcar y en mi reno montado en un trineo...)

martes, 26 de enero de 2016

Una de nieve.


¿Adivináis qué es esto?
Seguro que si estáis acostumbrados a convivir con la nieve, no tendréis problema. 
Yo lo he rescatado para algo muy diferente. Pero tendréis que esperar a la próxima entrada. En ella os explicaré y podréis ver por dónde se ha deslizado mi imaginación, aunque por la nieve no ha sido.


                                     Besos y abrazoos¡¡


martes, 19 de enero de 2016

Un cuadro que es un cuento.



Pues sí. Un cuadro que contiene en su interior fragmentos de un cuento, dedicado a mi hija. Éste lo tengo encuadernado, pero de algunas de sus páginas hice variantes, con las cuales se me ocurrió hilar esta historia. En él aparecen dibujos de diferentes momentos: mirando los bichos bola, como ella los llamaba, en el jardín, o bien huyendo de algunos perritos. Además, he incluído algunos de los dibujos que ella, al tiempo que yo, realizaba. Por supuesto, algunos detalles en tela, como el árbol, la nube o algunas florecillas y fragmentos rotos de palabras de la historia. Todo un "popurrí", lleno de magia y alegría. Como la que sintió mi hija en el momento de verlo. Va por ella.

martes, 12 de enero de 2016

Mis sillas, por fin, terminadas.



POR FIN¡¡
Lo prometido es deuda: aquí están las sillas totalmente restauradas y ubicadas en su sitio definitivo.
Como podeís apreciar, he optado por colores claros y neutros. Así se potencia la luz y se gana en ligereza. Una máxima que también apliqué a la mesa: el sobre es de cristal, con lo cual el ambiente parece menos pesado. La tela, como os dije es un algodón muy fuerte, haciendo un pequeño damero, en tono gris claro. Además, para disimular los agujeritos de las chinchetas, opté por un tranpantojo, muy sútil, de florecillas rosas y blancas. Creo que el resultado ha merecido la pena, o, al menos, eso es lo que me parece. Vosotros me diréis. Besos y feliz vuelta a la rutina.