lunes, 30 de septiembre de 2013

Mis cojines favoritos.

Hola a todos. Después de este largo fin de semana, vamos a seguir hablando de telas. Hace poco os enseñé un cojín elaborado con una tela, de trama muy fuerte, que había pertenecido al ajuar de mi madre. La tela de éste, también. Es más suave y cálida, aunque no por ello menos fuerte. Además, es única, porque fue manufacturada en el telar de la familia. Una verdadera joya. En ella plasmé unas peras, de un color parecido al vino. Una más sobre frutas, de las muchas  que realicé hace ya algún tiempo en tramas diferentes.. Fue como una fiebre, que hoy aún perdura. Aunque la intensidad sea diferente. Para realzar el conjunto, cosí un bies de un color parecido al de las peras por todo su perímetro. El cojín es pequeño, pero se disfruta de igual manera. ¿No os parece?

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Un cinturón-joya.

Hoy os propongo esta idea: un cinturón-joya para que utilicéis cuando os apetezca. La elaboración es así de sencilla: una cinta fuerte y todas las baratijas que tengáis a mano, porque¿quien no ha tenido pendientes rotos o desparejados? ¿o algún que otro botón suelto sin saber qué hacer con él ? Pues aquí tenéis la solución, aparte de constituir una manera más de reciclar.
 La imaginación al poder. Dejémosnos de marcas y a crear...

martes, 24 de septiembre de 2013

Y la última de las bolsas. De momento. Para despedir al verano,no está mal. Aunque también podrían prolongarse los encargos, ya sabemos que nuestro otoño es como un verano amortiguado, lleno de luz y calor. Así que los abanicos se seguirán utilizando. Y las bolsitas para guardarlos vienen al pelo. Como ésta que os enseño, a juego con los motivos.  Un beso y que corra el aire entre los abanicos...

lunes, 23 de septiembre de 2013

Costales y cojines.

Ya sabéis de mi pasión por las telas. De ellas me gusta todo. Su textura y  colorido son para mí motivo  de inspiración. Como la tela de la foto. La encontré en la habitación de los baúles de la casa de mis padres. Estaba guardada, junto con otras, que ya os iré mostrando, en un arca muy profunda. A medida que las iba extrayendo, notaba su consistencia sobre mis dedos y lo que podía hacer con cada una de ellas. Ésta formaba parte de los costales de trigo de la dote de mi madre. Su trama enseguida me subyugó. A pesar de que era muy dura, supe qué hacer con ella, una vez tocada y acariciada.  Aquí tenéis el resultado: un cojín, que "será para toda una eternidad". No he visto tela más consistente. A prueba de todo. Y también a prueba de mis pinturas. Al principio fue costoso imprimirlas en semejante trama, llena de hebras fuertes e, incluso, de fragmentos de lino. Después, con más cabezonería que paciencia, logré pintar este pato, uno de los primeros de una serie de muchos. Lo tengo como una reliquia en el salón de mi casa. De vez en cuando lo miro, lo acaricio e, indefectiblemente, acuden los recuerdos. Y en ellos me reconozco. No podía ser de otra manera.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Mi barrio en fiestas.

El fin de semana pasado hemos estado de fiesta en mi barrio. Todos los septiembres nos reunimos para dar el adios al verano, aunque este año parece que no se quiere ir. Hubo de todo: concursos, fiestas infantiles, platos sorpresa, fiesta ibicenca, cenas y bailes que duraron toda la noche. Y, como no, también muchos regalitos para compensar  el esfuerzo. "Trapos de Purichi" estuvo entre ellos, como podéis apreciar por las fotos, en las que salen las agraciadas con la sorpresa que les tocó en suerte. Además, algunas acompañadas de autoridades del consistorio cacereño que quisieron compartir con nosotros el último día de las celebraciones. Desde aquí quiero dar las gracias a todos los que participaron, porque con su presencia continúan alentando estos encuentros y, también, a la directiva por confiar en mí para la elaboración de estos detalles. Un acicate más para continuar creando.
¡¡GRACIAS A TODOS Y A TODAS¡¡

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Una bolsita para guardar promesas.

Hoy os presento una bolsita especial para guardar los anillos de una boda. Para esta ocasión elegí unas telas acordes con el evento: una batista perforada en color beige, para el exterior, y otra de satén,  para el forro interior. Desde aquí les doy la enhorabuena a los novios...
¡¡Y que suenen campanas de boda...¡¡

martes, 17 de septiembre de 2013

Dos medias rosas para un abanico de una pieza.

Como sigue haciendo calor, os sigo enseñando abanicos y las bolsas que confecciono para guardarlos. Ésta de la foto reproduce las mismas  flores  rosas, sobre un fondo neutro gris de lino. En lugar de pintar el trampantojo del abanico entero, he optado por copiar los motivos, respetando las tonalidades, en una paleta de blancos, verdes y rosas degradados. Otra opción más. Y otra bolsa más para la colección. En este caso, para la de su dueña.
María Jesús, que la disfrutes por mucho tiempo.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Un abanico de espirales plateadas.

Este año, al igual que otros en Extremadura, ha hecho y sigue haciendo mucho calor. Y para combatirlo tenemos el abanico, un remedio muy socorrido y que, además, llega cargado de recuerdos. Seguro que tenemos muchos asociados a este artilugio que ha superado muchas pruebas. Porque, a pesar de todos los inventos, sigue con nosotros. Nadie, como él, ha sabido  darnos buenos aires y, al tiempo, ahuyentar los malos humores acumulados en tardes inacabables de nuestro caluroso verano. Es cierto que nuevos aires enfrían las casas, pero, contra todo pronóstico, parece que éstos se multiplican, porque yo no dejo de verlos por todas partes. Y cada vez más bonitos y cuidados, como éste que os muestro. Para darle un toque más personal, me encargaron una bolsa, en la que estampé los dibujos geométricos reproducidos en él. Como contrapunto, una tela roja de topos blancos en el exterior y otra azul marino para el interior, muy similares a los tonos del abanico. ¿Qué os parece?
Por cierto, la muñequita de cerámica también se da aire con uno de ellos.

viernes, 13 de septiembre de 2013

El primero de mis logos estampado en una bolsa.

¡¡Otra bolsa más que  camina por ahí¡¡. La presenté a principios de verano en el blog y ya se pasea por esos mundos de dios, aunque el de la foto sea  Ibahernando, un lugar tan entrañable como querido por mí. Lo mismo que su dueña. Seguro que, en sus manos, estará segura. Que la disfrutes mucho, Paloma.
                                   ¡¡BUEN FIN DE SEMANA A TODOS¡¡

jueves, 12 de septiembre de 2013

Versalles en una bolsa.

Hace ya unas semanas, os hablé de mi viaje a Segovia. También de la visita que hice a La Granja de San Ildefonso, y de su palacio y jardines. Fueron impactantes. Mientras visitábamos el interior, me fijé en una de las salas  que Isabel de Farnesio utilizaba para su ocio. Me quedé gratamente sorprendida al comprobar que, de entre sus muchas aficiones, pintaba muy bien. Al tiempo, reparé en los artesonados, los muebles y, como no, en las telas. Como ya sabéis, me chiflan. Me llamó la atención, sobre todo, un sillón tapizado en una espectacular. Me resultaba familiar, así que, cuando llegué de vuelta a mi casa, busqué entre las que tengo y encontré la que os muestro. Era muy parecida, salvando las distancias. Decidí entonces hacer algo con ella. Y, como ahora la inspiración se esconde en las bolsas, confeccioné ésta. Para evitar tanto derroche de color, la combiné con una tela semitransparente de color rosa claro y evité volver a reproducir los mismos motivos, a excepción de esas leves florecillas y de la mariposa que aparecen encima del bolsillo. Aunque esta estampación tan abigarrada de motivos florales puede parecer un poco excesiva, sin embargo el conjunto tiene su encanto. Un guiño a esos ambientes versallescos, que, por suerte o desgracia, ya han desaparecido.
Que la disfrutéis.

martes, 10 de septiembre de 2013

¡Qué haríamos sin los libros¡

Lo que más me gusta de los libros electrónicos son las bolsas que confecciono para guardarlos, como ésta. Vivimos en un mundo en el que las nuevas tecnologías se están adueñando de todo. De forma silenciosa, pero firme, nos van robando sensaciones que, en este caso, no estoy dispuesta a perder. A pesar de sus cantos de sirena, no he sucumbido al maleficio. El mío lo tengo relegado y olvidado en algún rincón de mi casa, después de comprobar que mi sensibilidad no casaba con el invento. Algunos me dirán que es el no vas de la comodidad y el ahorro. Seguro que sí. Pero señores, se me ocurre argumentar que es prosáico y vulgar. Sin alma. Cuando leo, también mis sentidos participan del festín y no quiero privarles de esas sensaciones tan auténticas. Tocar la suavidad de sus páginas, oler a papel nuevo o, simplemente escuchar el sonido silbante que se produce al pasarlas, forman parte de una ceremonia iniciática tan íntima como mágica. Y, de su mano, me dejo llevar  por esos mundos que, desde pequeña, no me canso de descubrir. Dificilmente podría abrazar otras expectativas. Aún así, no pierdo la ocasión de seguir creando. Esta bolsa es la oportunidad que le doy al libro electrónico. Quizás por ahí podríamos tener algo...
Mientras, cargo con el mío a todos los sitios que voy.
¡¡Es tan poco el sacrificio y tantas las satisfacciones que nos proporciona¡¡

viernes, 6 de septiembre de 2013

Otra mesa salvada del olvido.

Ahora que miro estas fotos pienso en la cantidad de horas  que he dedicado a la restauración de muebles viejos. Y también pienso en todo lo que disfruté mientras me afanaba en darles una nueva vida. No sé las razones, pero siempre he he sentido atraída por ellos. Quizás por lo que podía descubrir, una vez salvadas las capas de pintura que los empobrecían y afeaban. Una manera de redimirlos. Durante todo ese tiempo-ahora también aunque menos- me entregaba a la tarea con tanto ahinco que se me pasaban las horas en un soplo. Metida en faena, y rodeada de olores que, al final, me resultaban atractivos, iba desvelando el secreto de esas viejas maderas, que, después de tantos años atrapadas en un corsé de pintura, volvían a respirar. Me siento orgullosa de haberlas rescatado del olvido, al que, indefectiblemente, estaban condenadas. De haber salvado, en cierto modo, parte de esa historia colectiva que nos legaron nuestros mayores. Porque, aunque no lo parezca, también está escrita en esos muebles. Si hablaran, nos contarían de sus zozobras al amor de la lumbre, mientras cenaban en las mesitas tocineras, o de sus ratos de ocio, al son de las mecedoras. También de sus conversaciones alrededor de una buena mesa, o de sus inquietudes -entre sábanas de hilo- en camas enormes de hierro o de madera labrada...En fin, de tantas y de tantas...
La mesa que hoy os muestro seguro que tendrá una historia guardada. Por desgracia, no pude encontrarla debajo de las capas de pintura. Pero, como podéis observar, si descubrí unas maderas excelentes. Por eso las dejé a la vista, con una capa de cera incolora. Además entelé los cajones en una chenilla color miel.
Desde hace tiempo la disfruto en el salón de mi casa. Sorbito a sorbito, como los buenos vinos.
 

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Una bolsa muy andaluza.

Seguimos hablando de bolsas. La que os muestro tiene un deje andalúz, por aquello de los lunares y el tono rojo del pulipán. Como quiera que sea, ésta ya ha encontrado  quien la quiera. Como siempre, va confeccionada en una doble tela, la exterior, blanca semi-transparente y otra de lunares rojos para el bolsillo y el interior. Aunque el modelo es similar al de otras, sin embargo, la utilización de las telas y la pintura hace que sea única. O eso creo.

lunes, 2 de septiembre de 2013

Un poema y un cojín.

Cuando me pongo a la tarea de elaborar un nuevo cojín, siempre barajo posibilidades. Me gusta sorprender. Salirme de los cauces establecidos e ir un poquito más allá. Y se me ocurrió que un poema corto podría ser un buen motivo para estampar en el trozo de tela que tenía entre mis manos. La elección del mismo no fue fácil. Ya sabéis, no podía ocupar mucho espacio y, además, debería elegir un tema que interesara a todo el mundo. Así que, me puse a ello y encontré uno de Gerardo Diego, que se amoldaba a lo que necesitaba en esos momentos. El tema era universal, de modo que el éxito podía  estar asegurado. También pinté un trampantojo, simulando un paño de hilo bordado. Y unas plumas, por aquello tan recurrente de lo ingrávido de la existencia y demás cuestiones folosóficas...
Por si alguien no lo sabe-cosa que dudo- Gerardo Diego fue miembro de la Generación del 27. Y uno de los responsables de la introducción de ciertos movimientos de vanguardia en las letras castellanas.


Seguro que Jacinta se lo sabe de memoria. Hace ya algún tiempo que lo disfruta. Y que sea por mucho más.