jueves, 14 de febrero de 2013

Una de trapos.

Con un trozo de tela y mucha imaginación puedes romper moldes. Por ejemplo, he utilizado para la confección de un cojín una tela que, en principio, no está pensada para ello, porque se trata de una pieza fuerte para ropa de abrigo. Sin embargo resulta muy cálida para el invierno. Como nota decorativa he ideado un dibujo hilvanado con lanas de diferentes colores, acordes con el retal de tela fina que simula una maceta. Y para remarcar el borde y hacer, de paso, la jareta, he pasado el doble hilván alrededor del cojín. ¿Os gusta?

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