miércoles, 8 de mayo de 2013

Poesía en un cuadro.



 
Me gustan las composiciones sencillas, como ésta. Una hoja de yedra, un ramillete de jazmín o un capullo blanco pueden ser el punto de partida para investigar su delicada belleza y los efectos que la luz provoca en ellos. Deposité estos objetos encima de una tela blanca y, una vez elegida la posición frente a la luz, me dispuse a pintarlos. Intenté capturar la suave penumbra que los envolvía utilizando una gama de colores sombra para potenciar la mayor parte del cuadro, en contraste con el único punto de luz que entraba por una de las zonas de arriba de la composición. También quise pintar el efecto de transparencia que se proyectaba en uno de los picos de la hoja, así como las leves sombras de ellos reflejadas en la tela.
 Cuando acabé de pintarlo, me sentí relajada, como ahora al contemplarlo de nuevo
. ¿Os sucede a vosotros lo mismo?

6 comentarios:

  1. Tienes una sensibilidad especial para pintar flores ! Me encanta el cuadro! Cuanto mas sencillo mejor!

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    1. Las cosas sencillas son las que más poesía encierran, por eso me gustan tanto, como a tí. Besos. Puri.

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  2. Purichi,hoy sin lugar a dudas,me quedo con la hoja de yedra...es tan real,q invita a cogerla!!!.Bsosss

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  3. Esa sensación de realidad es, a veces, difícil de conseguir. Y a juzgar por tu comentario, me parece que lo he conseguido. Graciaaaas....

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  4. El cuadro simplemente sencillo y por eso mas bonito.

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  5. A que sí, tinti pinti. Besos......

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