jueves, 15 de enero de 2015

Reinventar y sorprender.



Reinventar y sorprender. El título que he ideado para esta entrada me tiende la mano para comenzar con este diálogo-monólogo que mantengo desde hace ya casi dos años con vosotros. 
A lo largo de este tiempo, con mejor o peor suerte, os he dado mucho de mí. Fotos y palabras me han ayudado en la tarea. Pero también he recibido ayuda. De la buena.Y mi hermana Tere es la que me la ha brindado para esta ocasión. Y, como siempre, de manera extraordinaria. En un ejercio sutilmente medido, se ha vuelto a superar, ofreciéndonos otra posibilidad para revivir emociones. Es cierto que la comida era estupenda, pero aún más la corriente generada entre trocitos de bizcocho, olores a café y el roce cálido y suave de las telas. Eso es lo que sentí hace unos días.
Un momento único.
 Sensaciones revividas.
 Un toque especial.
 Una alegría renovada.
 Estas serían expresiones válidas para definir todo lo vivido. Pero también:
Mano maestra...
Música para el alma...
Melodía inacabada...
Podría aún con muchas más. Sin embargo no se trata de esto.
Así que dejemos que las fotos hablen de Tere...
Mirándolas, te ofrecerán detalles de su dedicación y sensibilidad...
Observándolas, nos haremos una idea de su sentido de la estética...
Escrutándolas, repararemos en esos detalles que la hacen tan especial...
En fin, complaciéndonos en ellas, podremos hacernos una idea de su particular universo...
Y yo, por cierto, encantada de poder transcribirlo.
¡¡Felicidades Teresa¡¡
Y que la fiesta no pare...




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