Un cumpleaños de lo más especial.

Otra fiesta. Otra ilusión más. Y, como siempre, la encargada de ello, fue mi hermana Teresa. Para el cumpleaños de Jacinta, una de mis hermanas, organizó una reunión especial, de las suyas. Supo crear un ambiente propicio para que disfrutáramos, no solo de la merienda, sino de lo que implica un cumpleaños, en toda la acepción de la palabra. Para ello puso en escena una serie de elementos, que, ya desde la entrada nos iban dando la bienvenida: Fotos, libros, algunos de sus favoritos, velas aromáticas, golosinas etc...En fin, un popurrí de cosas que nos hablaban de su trayectoria por la vida y de su personalidad. Aunque para nosotros no era nada nuevo, sin embargo sí la manera de exponerlo. Así que Tere, felicidades.
Por lo demás, rebasó con creces las expectativas: como siempre la mesa, un lujo y un derroche de ingenio. Puede que ya haya usado este calificativo, pero no se me ocurre otro. Vosotros me diréis.

¡Marijarcin, así se pueden cumplir años¡